Como la mayoría de los ingredientes ancestrales, el tamarindo tiene una larga historia en usos medicinales. Varios involucran calmar malestares estomacales, ayudar a la digestión, y como laxativo. Los preparados con tamarindo se usan para las fiebres, dolor de garganta, reumatismo, inflamación, e insolaciones. Las hojas y las flores del tamarindo secas o hervidas se usan en cataplasma para inflamaciones de coyunturas, desgarres, bullidos, hemorroides y conjuntivitis.
Similar a las gomas y pectinas encontradas en otras comidas, la pulpa pegajosa de la que hablamos anteriormente contiene polysaccharides sin almidón, que contribuye a su contenido de fibra dietética. Se unen con la bilis para ayudar a desalojar residuos por el colon, reduciendo la probabilidad de que se queden pegados.
Cien gramos de tamarindo contienen 36% de tiamina, 35% de hierro, 23% de magnesio y 16% del fósforo recomendados para la nutrición diaria. Otros nutrientes prominentes incluyen niacina, calcio, vitamina C, cobre y piridoxina.
El tamarindo también contiene niveles altos en ácido tartárico, tal como las frutas cítricas contienen ácido cítrico, ofreciendo no solo una chispa al sabor, sino una evidencia de su poder antioxidante a la hora de remover los radicales libres dañinos que flotan en el sistema.
Otros fitoquímicos que encontramos en el tamarindo incluyen limoneno, geraniol (un antioxidante natural con olor como de rosa), safrole (un aceite natural que también se encuentra en el sassafreno), ácido cinámico, metilo salicilato (una esencia de planta con propiedades contra irritación), pirasina, y alkylthiazoles (fragancias y sabores naturales derivadas de plantas y vegetales). Cada uno lleva su propio sabor y/o propiedad curativa al total de la fruta.
Conocido en la medicina tradicional por su uso para la diabetes y la obesidad, el extracto de semillas de tamarindo ha sido examinado para ver si sus altos niveles de polifenoles y flavonoides pueda aumentar la extracción de glucosa en tales pacientes. El resultado positivo demostró un efecto anti- diabético, indicando la posibilidad de formular una nueva medicina herbal con el extracto de las semillas de tamarindo para la cura de la diabetes
En otro estudio, varios de los usos tradicionales medicinales del extracto de tamarindo rico en fitoquímicos fueron reportados por investigadores como útiles en la medicina moderna. Las curas exitosas incluyen: dolor abdominal, diarrea, disentería, infecciones de parásitos, fiebres, constipación, inflamación, gonorrea y enfermedades de los ojos.
Los extractos de tamarindo también han sido reportados por ser anti microbios, anti- venenos, antioxidante, cura para heridas, así como efectivo en la cura de diabetes, malaria y asma.
Geraniol, uno de los fitoquímicos del tamarindo, es una de las sustancias parcialmente responsable en suprimir el crecimiento de tumores del páncreas en estudios de laboratorio, sin afectar de forma significativa los niveles de colesterol en la sangre. Concluyendo, los científicos reportaron un interés en seguir estudiando el geraniol para los usos posibles en la prevención y tratamiento del cáncer del páncreas.
La pulpa de tamarindo es una delicia que puede acompañar a alguno de nuestros platos. El tamarindo es un ingrediente que posee una pulpa muy jugosa y ácida, perfecta para acompañar diferentes platos ahora que se acerca las fiestas de fin de año.
La pulpa que se obtiene de este fruto es de color marrón y resulta muy apreciada como un ingrediente especial. Si quieres que todo el mundo hable de aquella deliciosa salsa que serviste, toma nota de esta receta de pulpa de tamarindo.
El tamarindo es un fruto ideal para combatir la resaca ya que ayuda a evitar la deshidratación. Por eso suele ser muy típico de aquellas zonas donde hace mucho calor, es un remedio natural contra las altas temperaturas.
Tiene mucha fibra con lo que se convierte en uno de los mejores laxantes que podemos encontrar. Con un poco de su pulpa evitaremos caer en periodos de estreñimiento o en problemas digestivos.
En las zonas donde se cultiva el tamarindo los habitantes del lugar utilizan sus hojas para luchar contra las fiebres muy altas. Se trata de un antipirético que está presente en la naturaleza para ayudarnos a hacer frente a este tipo de dolencias tan habituales.