Algunas variedades de la toronja tambien llamado pomelo, son muy agrias y otras suculentamente dulces. Algunas toronjas no tienen semillas, pero la mayoría contiene un manojo de semillas blancas. Las frutas más pesadas seguro indican una cáscara más delgada y una carne más jugosa. Si son ásperas, brumosas o arrugadas, puede que tengan la piel más gruesa y estén más secas.
Las toronjas debieran estar firmes y hundirse un poco al ser presionadas, pero no demasiado esponjosas. Una vez que lleguen a su cocina, manténgalas a temperatura ambiente si se las van a comer dentro de una semana; de otra manera manténgalas refrigeradas. Antes de pelarlas, siempre lávelas bien porque cualquier germen por fuera puede y llegará a la parte comestible de la fruta.
Puede comer y seccionar las toronjas como lo hace con una naranja, pero una manera popular es cortarlas a la mitad y usar un cuchillo de puntilla para cortar cada gajo entre las membranas para sacarlas con una cuchara. ¡Esto toma un momento, pero vale la pena! Entre más maduras, mejor, no solo en sabor, sino en el poder antioxidante que ofrecen.
Una muy buena fuente de vitamina C y vitamina A, la toronja ofrece una asombrosa cantidad de nutrientes saludables con 120 % y 53 % del valor diario recomendado, respectivamente. Las toronjas también son una buena fuente de fibra dietética, la cual reduce el tiempo de tránsito en el colon.
Un amplio surtido de otras vitaminas y minerales también son parte de los dones de esta fruta, pero principalmente el potasio, el cual es importante para la hechura de células y fluidos corporales y para controlar el ritmo cardiaco y la presión sanguínea.
Las toronjas también contienen folato, tiamina, vitamina B6, calcio, y magnesio, así como menos cantidades de muchos otros fitonutrientes.
Vitamina C, naturalmente, está asociada con una inmunidad más grande contra infecciones, y también muestra una reducción remarcable en inflamaciones, hasta en condiciones como asma, osteoporosis y artritis reumatoide.
De todos los jugos de fruta, el de toronja califica entre los más altos en los antioxidantes que provee, justo antes del jugo de manzana, jugo de uva morada, y jugo de arándano.
Interesantemente, una taza de toronja blanca contiene algo de menos calorías que la rosada: 76 vs 97, y menos carbohidratos. Pero mientras que el contenido de vitamina C en la toronja blanca tiene un valor similar de 128 por ciento comparado con la rosada, la vitamina A se reduce enormemente del 53 por ciento a un 2 por ciento.
Toronjas rojas contienen algunos flavonoides más y antocianinas, mientras que otra diferencia nutricional entre las blancas y las rosadas es que las rosadas refleja licopenos que no se ven en las variedades blancas. Este es el mismo componente que provee el color de los tomates, chabacanos, papaya y sandía. Licopeno reduce los triglicéridos, contiene la capacidad más alta entre todos los carotenoides para ayudar a combatir el daño de radicales libres, y protege la piel de los rayos UV.
Aquí hay una estadística dramática: comparando a hombres que comen más alimentos ricos en licopenos con los que los comen lo menos, el primer grupo tiene 82 por ciento menos probabilidad de desarrollar cáncer de próstata.
Otro estudio demuestra que comer toronjas puede reducir el riesgo de desarrollas piedras en los riñones. Limoneno, otro fitonutriente, suprime células cancerígenas y el crecimiento de tumores.
La pectina en las toronjas inhibe el endurecimiento de las arterias y reduce el colesterol LDL o “malo”, de hecho lo reduce dramáticamente en cuestión de días hasta en pequeñas cantidades. El flavonoide naringineno, inhibe el virus de hepatitis C, repara el DNA en las células cancerígenas de próstata y puede prevenir dislipidemia (colesterol arterial alto) y diabetes.
Sin embargo, consuma toronja en moderación ya que contiene fructosa, que puede ser dañino a la salud en cantidades excesivas.
Nota: comer toronjas puede, en casos raros, interferir con ciertos medicamentos, así que querrá discutir su consumo con su doctor.