Para producir fruta, las sandías necesitan ser polinizadas por abejas mieleras hasta las sandías estériles, sin semillas. Las vainas pueden crecer de seis a ocho pies en un mes, produciendo las primeras sandías dentro de 60 días. Las sandías maduras crecidas en climas cálidos y asoleados están casi siempre listas para cosecharse dentro de tres meses.
En lugar de ser genéticamente modificadas como mucha gente teme, las sandías sin semillas son híbridos estériles creados al cruzar polen masculino – que contiene 22 cromosomas por célula (haciéndola una planta tetraploide) – con una flor de sandía femenina que tiene 44 cromosomas por célula. Cuando esta fruta madura, las pequeñas semillas blancas contienen 33 cromosomas (una semilla triploide), haciéndola estéril e incapaz de producir semillas.
La sandia guarda muy bien a temperatura ambiente, pero debiera ponerse en el refrigerador después de cortarla. Un hecho sorprendente de la sandía es que su contenido de antioxidantes, flavonoides y licopenos se mantienen frescos durante siete días.
No es sorprendente que la sandía contiene una buena cantidad de vitamina C – 21 % del valor diario recomendado – que ayuda al sistema inmunológico a producir anticuerpos para combatir enfermedades. También tiene un 17 % del valor diario de vitamina A, ayudando a la salud de los ojos y previniendo enfermedades como degeneración macular y cataratas.
El contenido en vitamina B6 ayuda a formar células de sangre rojas y asegura que los nervios funcionen como deben. El cuerpo utiliza la vitamina B6 para deshacer proteínas, así que entre más proteína se consume, más vitamina B6 se necesita.
El potasio, aunque sea relativamente poco en la sandía, ayuda a equilibrar los líquidos en las células. (Un bajo nivel de potasio a veces causa calambres en los músculos.)
Uno de los químicos naturales en la Sandia citrulina, que se convierte en arginina en los riñones, un amino ácido que trabaja para la salud del corazón y para mantener un buen sistema inmunológico. Entre más sucede esta conversión, menos grasa tiende a acumularse en las células, ayudando a que la obesidad y la diabetes de tipo 2 no sean un caso. La arginina también se deshace del amoniaco y otras toxicidades del cuerpo.
El antioxidante licopeno es la estrella en la sandía, un compuesto que ahora se sabe tiene aún más que el jitomate, la toronjarosada y las guayabas. Mientras que la mayoría de estas frutas obtienen su color rojizo de los flavonoides antocianinos es el contenido de licopeno el que lo hace para la sandía.
¿Qué hace esto para el cuerpo? Mientras casi el 92 % de la sandía es agua, el 8 % restante es rico en este compuesto, protegiendo y nutriendo al corazón, la próstata y la piel.
El licopeno desalienta a la inflamación y puede ser importante para mantener huesos saludables y fuertes, sin mencionar su habilidad de neutralizar a radicales libres dañinos. Investigaciones indican que el licopeno tiene más potencia cuando está maduro. De hecho, mientras todavía está blanco por dentro, antes de madurar, el contenido de vitaminas y minerales y casi todos los demás beneficios nutricionales son cerca de cero.
Otro fitonutriente antiinflamatorio de la sandía la curcubitacina E, o tripterpenoide, que bloquea la actividad de la enzima ciclooxigenasa causante de dolor, fiebre e inflamación. La cucurbitacina E también neutraliza moléculas que contienen nitrógeno en el cuerpo.
Los nutrientes son bastante similares en toda la sandía y no se concentran más en el centro rojo más obscuro como alguna gente cree. De hecho, la orilla blanca, que normalmente no se come, tiene el contenido nutritivo más alto.
Sin embargo, consuma sandia con moderación, ya que contiene fructosa que puede ser dañina a la salud en cantidades excesivas.
Ingredientes: | ||
3 tazas de sandia en cubitos finos sin semillas, (como 2 ¼ libras sin la corteza) | 2 chiles jalapeños, sin semillas y picados | 1/3 taza de cilantro picado, (como medio manojo) |
¼ taza de jugo de limón | ¼ taza de cebolla morada, picada | ¼ cucharadita de sal, o al gusto |
Coloque la sandía, los jalapeños, el cilantro, el jugo de limón y la cebolla en un recipiente mediano; mezcle bien. Añada sal. Sirva a temperatura ambiente o enfríe.
(Fuente: Eating Well)