Lo acaban de certificar científicamente: la Dieta Mediterránea es tan eficaz como los fármacos para evitar la acidez. Te enseñamos los alimentos que mejor van y que no pueden faltar en tu cesta de la compra. Y te descubrimos más de otras culturas que también son de gran ayuda.
Su riqueza en pectinas ayuda a neutralizar el efecto dañino de la acidez de los jugos gástricos.
Las cremas de calabaza o calabacín son ricas en mucílagos que suavizan y protegen la mucosa del tubo digestivo. Y los betacarotenos ayudan a mantenerla sana (o a regenerarla).
Mejor en crema o asada, su fibra soluble calma la mucosa digestiva. Su betacaroteno (pro-vitamina A) contribuye a regenerarla.
Es rica en mucílagos, por lo que ayuda a contrarrestar el efecto de los jugos gástricos. Tomala en muesli, ensaladas, sopas o cremas.
Por sus propiedades emolientes, neutraliza el efecto de los jugos gástricos. Cocínala hervida, al vapor o asada al horno (no la frías).
Es uno de los alimentos más indicados para estimular los jugos digestivos (su déficit provoca acidez). También mantiene a raya las bacterias "malas" de los intestinos.
Algunas personas sienten un alivio inmediato de la acidez si se comen unas cuantas almendras. La razón podría estar en sus aceites, que podrían calmar las paredes del estómago erosionadas por los ácidos.
Distintas investigaciones han comprobado su poder antiinflamatorio y su contribución a mejorar el bienestar digestivo. Un estudio publicado en Gastroenterology demostró que podía ayudar a los pacientes a reducir la medicación para combatir el reflujo.
Es un auténtico vaciador estomacal. Tómalo en infusión hirviendo 2 rodajas con una ramita de canela. También puedes añadir la raíz fresca a tus platos acabados de cocinar para que resulten más digestivos.
El kéfir, el chucrut (col fermentada) o el té kombucha aportan bacterias buenas que ayudan al tracto digestivo.
La Universidad de Illinois (EE. UU.) ha comprobado que aumentan los microbios que producen butirato, una sustancia beneficiosa para la salud digestiva.
Es una ciruela fermentada en agua y sal. Además de salada, sabe ácida porque contiene ácido cítrico, que estimula la saliva. Calma la mucosa inflamada y enriquece la microbiota intestinal. También "acalla" la bacteria Helicobacter pylori, asociada a úlcera estomacal.
Por su composición y textura, parece ser una de las frutas que más ayuda (si está maduro) a calmar la mucosa gástrica. Algunos estudios han comprobado que rebaja, incluso, el reflujo.
Acidez, dolor de garganta, ardor... Un estudio publicado en JAMA Otolaryngology Head and Neck Surgery sugiere que estos síntomas, que aparecen cuando el contenido del estómago sube hacia la laringe o la garganta, se reducen siguiendo una dieta de estilo mediterráneo.
Y lo más importante: ¡esta medida es tan eficaz como los fármacos que se usan contra la acidez!
El "secreto" de la Dieta Mediterránea es que está compuesta principalmente por alimentos como verduras y frutas frescas, cereales integrales, legumbres y frutos secos, pero aporta cantidades muy reducidas de carnes y lácteos.
Un balance ideal. Al seguir ese estilo de comer te aseguras una buena cantidad de fibra (como, por ejemplo, los mucílagos y las pectinas), que mantiene sana la mucosa digestiva.
Sé cauto, eso sí, con ciertos alimentos saludables pero que pueden empeorar el reflujo, como ocurre con el chocolate, los cítricos, el café, la menta...
Así alejas la acidez: