Cada lugarcito del planeta tiene sus secretos, sus encantos, sus características. La naturaleza nos hechiza cotidianamente mostrándonos sus mil formas y colores, sus trucos y sus maravillas. El mundo es un perfecto equilibrio de diversas formas de vida que conviven y que se nutren unas a otras, se acompañan, se necesitan y se complementan.
El ser humano es parte de esta naturaleza y saber utilizarla de manera sabia, sin lastimarla y cuidándola es un aprendizaje que nos debemos y le debemos. Todo lo que la Tierra posee no está hecho para que los seres humanos lo utilicemos a nuestra merced, sino para que lo conozcamos y seamos parte de ella.
De esta manera, hago inicio a una de las tantas maravillas que tiene nuestro Planeta y que se encuentra aquí en la Patagonia, zona de nuestro bello país que elijo hace un tiempo habitar: La Rosa Mosqueta.
La Rosa Mosqueta, es una planta medicinal con muchísimos beneficios para nuestra salud dérmica y terapéutica principalmente. Si bien es originaria de Europa del este, también se extiende por esta parte del mapa, siendo común volver de algún viaje con un souvenir que la incluya: cremas corporales, dulces, productos de limpieza corporal, etc.
Su belleza visual es probablemente lo primero que nos llama la atención de esta planta: es un arbusto que puede sobrepasar los 2 metros de altura, sus tallos son delgados, flexibles y curvos cubiertos de espinas de color violáceo.
Sus flores son rosadas o blanco-rosado y tiene olor almizclado. Quizá el producto más conocido medicinalmente sea el aceite de rosa mosqueta, el cual se extrae de las semillas de esta planta. El de mejor calidad y el que contiene todas sus propiedades es el de primera presión en frío y ecológico. Sus propiedades son muchísimas y muy variadas.
Como muchos de los productos que logramos conseguir gracias a la rica naturaleza, esta planta posee beneficios antioxidantes por sus vitaminas A, C y E, es reafirmante, reparadora, hidratante, nutritiva, entre otras cosas. Es por todo esto que el principal uso que se le da a este ejemplar de la natura es para trata pieles dañadas, ya que la regenera y las nutre, curando y cicatrizando heridas y cicatrices.
Esto lo logra, gracias a la mejora de la circulación de la sangre. Por otro lado, también disminuye la inflamación, lo cual reduce o elimina las arrugas, quita de nuestra piel manchas, previene o combate las estrías y cuida el cabello y el cuero cabelludo. En fin, en lo referente a nuestra piel, previene el envejecimiento prematuro y ayuda a curar y prevenir de las marcas de todo tipo.
También sus frutos se usan en gastronomía para realizar variados platos o en conservas o mermeladas, infusiones o licores. Incluirla en nuestra dieta, nos propiciará de vitamina C y potenciará nuestro sistema inmunitario, entre tantos otros beneficios. La Rosa Mosqueta, se ha considerado la planta por excelencia “antienvejecimiento” que podemos encontrar en la naturaleza, así como preventiva de afecciones dérmicas.
Para lograr los beneficios de esta planta, basta con colocarse una pequeña cantidad del aceite natural en la zona afectada y realizar masajes circulares ascendentes hasta que se absorba. Si bien, la mejor manera de conseguir sus efectos es utilizarlos puro sobre la piel, también pueden usarse cremas o lociones que contengan aceite esencial de rosa mosqueta y no muchos químicos que entorpezcan o anulen sus beneficios.
Así también puede ingerirse en infusiones que se realizan con flores, semillas y frutos secos triturados y esto nos aportará una gran resistencia a nuestro organismo a las enfermedades y estimulará los procesos enzimáticos celulares, además de reconstruir los tejidos. Para relajar los dolores por artritis y osteoartritis, para proteger el corazón, sobre todo en personas con obesidad, para prevenir el desarrollo de diabetes también se conoce y recomienda esta planta.
Sin embargo, no son precisamente estas, las principales acciones sobre nuestro cuerpo. Por último, la única contraindicación que se ha encontrado en la rosa mosqueta, es que de ser utilizado en forma excesiva y por su alto contenido de lípidos, puede provocar acné, sobre todo en pieles grasas.