Daucus carota subespecie sativus, llamada popularmente zanahoria, es la forma domesticada de la zanahoria silvestre, especie de la familia de las umbelíferas, también denominadas apiáceas, y considerada la más importante y de mayor consumo dentro de esta familia.
La zanahoria es una de las hortalizas más cultivadas en el mundo. Su consumo se ha extendido ampliamente, ya que actualmente se encuentra disponible en los mercados durante todo el año. La parte consumida de la zanahoria es su raíz, de la que existen múltiples formas y sabores. Destaca por su contenido en caroteno y vitaminas A, B y C
Estimula el apetito.
Está demostrado que su fuerte aroma estimula el apetito, ayudando a pacientes que atraviesan sufridos problemas producto de la quimioterapia.
Fortalece los dientes y encías
Consumir zanahorias crudas mejora el riego sanguíneo bucal y evita que las bacterias se adhieran a los dientes. Además contienen flúor, un mineral fundamental para prevenir la aparición de caries.
Combate el estreñimiento y el dolor de estómago.
Su alta cantidad de fibra combate el estreñimiento y las sales minerales como el sodio, cloro, potasio y vitaminas del complejo B, ayudan a calmar las molestias gástricas.
Calma los nervios.
Siendo una de las hortalizas más ricas en potasio y fósforo, actúa como un excelente vigorizante para mentes cansadas y ayuda a calmar los nervios ante situaciones de estrés.
Fortalece las uñas y el cabello.
Las células madre de la zanahoria son ricas en betacaroteno, que en el organismo se transforma en vitamina A y ayuda a fortalecer el cuero cabelludo y revitalizar las uñas.
Es diurética.
Por su elevado contenido en agua, es diurética y ayuda a la desintegración de cálculos renales.
Mejora la calidad de la leche materna.
Está demostrado que la ingesta de betacarotenos, minerales y encimas de la zanahoria favorece la producción saludable de leche materna.
Estimula el bronceado de la piel
Gracias a sus vitaminas y carotenoides, posibilita adquirir de modo natural un tono más oscuro en la piel mientras la protege de quemaduras. Por ello, se le incluye como parte de los ingredientes empleados para producir cremas con esta finalidad.
En general se recomienda dosificar su consumo para evitar decoloración en la piel y el aumento en los niveles de glucosa en quienes sufren de diabetes.
De manera similar, en los casos de alimentación de bebés, debe comenzarse con cantidades pequeñas, sobre todo para prevenir alguna resistencia por situaciones de alergia o coloración amarillenta de su dermis.
