Las plantas de acción laxante, poseen sustancias que en contacto con la flora intestinal, producen un aumento de la secreción de la mucosa y del movimiento intestinal: Cáscara Sagrada, Folículos, Frangula, Zaragatona, Lino y no olvidarnos de las fibras: Salvado de Trigo y Avena.
Ahora que ya tengo todas las plantas… bueno, no todas, serían interminables pues se combinan una con otra… ¿Cuáles son las mejores? ¿Qué mezclo con qué? ¿Hago un té, una tintura madre, tomo un comprimido?
Todas las hierbas comentadas en sus distintos grupos se pueden tomar solas o combinadas, en forma de infusión, extracto de la planta, tintura madre o comprimidos que de algunas hay en el mercado.
Algunos ejemplos de mezclas de esos que siempre encuentro en el arcón de mi abuela y que se pueden cambiar a voluntad, de acuerdo a las indicaciones del médico, el gusto personal, el uso popular. Actúan en distinto nivel depurativo por sus propiedades digestivas, diuréticas, colagogas, activando las funciones de eliminación de toxinas del organismo.
Claro, siempre pienso que el organismo es como un reloj, antiguo, de esos de pared, que marca cada hora con una melodía, en que cada engranaje tiene una función determinada y cada una es imprescindible, para que su andar sea perfecto, y nuestro organismo es una máquina biológica perfecta en la que cada órgano posee una función determinada estando todas ellas relacionadas entre sí. Y el aparato digestivo es el encargado de suministrar la energía necesaria para la vida de todas las células.
Como hemos visto aquí para depurarnos además de una alimentación natural y sana, es preciso acelerar el tránsito digestivo, para que las sustancias tóxicas estén el menor tiempo posible en contacto con la mucosa intestinal, para liberarnos y eliminar las toxinas más pronto, para que nuestro reloj interno pueda marcar la hora justita, sincronizada, para que nos dé la posibilidad de sentirnos bien, de poder disfrutar de las campanas de nuestro corazón con alegría.