04 Aug
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Las terapias médicas suelen tener en la alimentación del paciente la mejor aliada cuando se trata de potenciar el efecto curativo. A través de diferentes estudios se ha podido establecer que azúcares refinados, harinas y carnes rojas, cuando se consumen, son los detonantes de los tumores cancerosos y puede propiciar su evolución y metástasis.

Las investigaciones también han establecido que el alto contenido de ácidos grasos Omega 6 y una baja ingesta de Omega 3, pueden desencadenar cáncer.

Por su parte, productos de la medicina natural como el té verde y la cúrcuma, gracias a sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, potencian los resultados positivos que pueden tener la quimioterapia y la radioterapia.

“Los azucares o dulces, las harinas refinadas y el arroz, entre otros alimentos, se convierten en ‘pan de vida’, para las células cancerosas que conforman un tumor. Y peor aún, contrarrestan el poder de los medicamentos encargados de destruir esas células malignas”, asegura la doctora María Amelia Bueno, médica ayurvédica de la Clínica Imbanaco de Cali.

Esta misma condición, advierte la doctora Bueno, se puede conseguir con algunos aceites que se consumen normalmente como el de soja y de girasol. Las margarinas, las frutas y las verduras en las cuales hay altos niveles de fertilizantes, son otros productos que exacerban la evolución del cáncer e inhiben la acción terapéutica de los medicamentos.

La medicina ayurvédica y el cáncer

Según la médica ayurvédica, el cáncer es una enfermedad epigenética, es decir, se debe a diversas causas externas que alteran el ADN o el material genético, como el estrés, la contaminación, las radiaciones, los químicos y la alimentación que influyen directamente en la forma como funcionan las célula y por ende el organismo.

“En la consulta ayurvédica para pacientes con cáncer, se busca identificar cuál de los factores mencionados anteriormente es el de mayor influencia en el individuo, y con base en esa información, se ofrece una dieta adecuada para cada persona, con la cual se potencia el tratamiento y se apunta a disminuir el riesgo de que el tumor siga creciendo”, afirma la doctora Bueno.

La dieta sana

En la alimentación se pueden encontrar todos los factores que alteran de manera directa la salud. Un adecuado conocimiento sobre lo que se puede comer y cómo hacerlo puede influir significativamente en la prevención del cáncer.

Cuando el cáncer aparece hay un proceso inflamatorio activo, el cual genera angiogénesis o crecimiento de vasos sanguíneos. También hay un bloqueo de la apoptosis, o muerte celular programada, y una alteración de la respuesta inmunológica.

La dieta propia de los países de occidente afecta de manera directa estos procesos. Incentiva el avance y la agresividad de la enfermedad y contrarresta el poder curativo de las terapias médicas.

Una alimentación adecuada para los pacientes con cáncer debe llevar a disminuir los efectos adversos de la quimioterapia y radioterapia.

Estos son algunos de los alimentos de la medicina natural importantes para tener en cuenta en procesos terapéuticos contra el cáncer:

  • Jengibre: disminuye las náuseas e la indigestión, propios de la quimioterapia. Los resultados de un estudio efectuado por el Centro Médico de la Universidad de Rochester y conocidos por la Sociedad Americana de Oncología Clínica, demuestran que el jengibre disminuye dichos síntomas hasta en un 40%. Posee propiedades antiinflamatorias y es muy utilizado para combatir los mareos y los dolores gástricos. Se puede consumir fresco, en polvo, en cápsulas y también en forma de infusión.
  • Ajo: investigadores de la Universidad de Western Cape (UWC) son optimistas frente a que un medicamento tradicional de ajo podría ofrecer esperanza para las personas con cáncer, después de encontrar propiedades en la planta que podrían combatir las infecciones por hongos y células cancerosas. Los estudios han comprobado que el ajo contiene sulfuro alílico y otros compuestos detienen o lentifican el crecimiento del tumor. El ajo se puede consumir de forma oral como extracto o polvo de ajo o de forma tópica (crema de ajo).
  • Cebolla: tienen una capacidad especial para combatir el daño a las células o evitar la muerte celular causada por el cáncer debido a su alto efecto antioxidante. Sus componentes inhiben la producción de sustancias dañinas y destruyen los radicales libres que atacan a las células, reduciendo el riesgo de padecer enfermedades crónicas como el cáncer.
  • Brócoli, coliflor, coles de Bruselas: según investigadores del Instituto John Hopkins, las coles reducen el riesgo de algunos tipos de cáncer de mucosas (estómago, colon, pulmón), así como de aquellos que dependen de hormonas (mama, próstata y ovario). También está comprobado que inhiben la angiogénesis (crecimiento de vasos sanguíneos que alimentan el tumor). Las coles son ricas en betacarotenos o provitamina A, un antioxidante que previene el cáncer, el envejecimiento y las enfermedades degenerativas.
  • Té verde: activa el cuerpo. Combate la fatiga, refuerza el sistema inmunológico y contiene vitaminas A, B2, B9, C y E. Posee un alto contenido de sustancias antioxidantes, que ayudan a controlar los eventos cardiacos y a evitar el cáncer. Entre ellos, flavonas, isoflavonas, flavonoides, catequinas y taninas. Reduce los efectos del envejecimiento, mejora el metabolismo y facilita la digestión de los alimentos.
  • Cúrcuma: posee propiedades antioxidantes y anti-inflamatorias respectivamente. Puede ayudar a prevenir el cáncer, principalmente el de colon y boca. Sus efectos como anti-cancerígeno, ya han sido demostrados en todas las etapas de formación de un cáncer: inicio, promoción y progresión.

“Lo ideal es propiciar cambios en los estilos de vida, donde la alimentación juegue un papel fundamental, con un alto consumo de cereales integrales, aceites con alto contenido de omega 3, como oliva, linaza y ajonjolí, y un adecuado consumo de verduras y especias orgánicas”, complementa la especialista.

Una dieta fresca

El 80% de vegetales frescos y jugos, granola, semillas, nueces y algo de fruta, ayuda a mantener el organismo en un pH balanceado y a oxigenarse mejor. El 20% restante puede incluir comida cocinada incluyendo frijoles.

El jugo de vegetales frescos (jugo de zanahoria) fortalece el sistema inmunológico provee enzimas vivas que son rápidamente absorbidas y alcanza niveles celulares que nutren y aumentan el crecimiento de células sanas.

Para obtener enzimas vivas que construyan células sanas se recomienda tomar jugo de vegetales frescos y comer algunos vegetales crudos 2 a 3 veces al día.

Las paredes de las células cancerígenas están cubiertas de proteína: eliminar el consumo de todo tipo de carne libera enzimas que atacan a las paredes de proteína de las células cancerígenas y permite que el cuerpo produzca células que eliminan las células con cáncer. Algunos suplementos ayudan a reconstruir el sistema inmunológico (IP6, Essiac, antioxidantes, vitaminas, minerales).

Recomendaciones importantes

1) El cáncer es una enfermedad de la mente, el cuerpo y el espíritu. Un espíritu positivo ayuda al enfermo de cáncer a sobrevivir. La ira, el rencor y el resentimiento ponen al cuerpo en un ambiente ácido y de tensión.

Aprenda a tener un espíritu de amor y perdón, a relajarse y a disfrutar la vida.

2) Las células de cáncer no prosperan en un ambiente oxigenado. Haga ejercicio diario y respire profundo, esto ayuda a llevar oxígeno al nivel de las células. La terapia de oxigeno se utiliza para combatir las células cancerígenas.

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