Ayunar es mucho más que dejar de comer. Es hacer un ejercicio voluntario de renuncia. En este artículo vamos a revisar algunos consejos para seguir un ayuno responsable, pero también los aspectos más importantes de este ejercicio depurativo a todos los niveles (físico, mental y espiritual) practicado por numerosas civilizaciones a lo largo de la historia.
Si llevas años siguiendo hábitos poco saludables (dieta deficiente, comida procesada, exceso de tóxicos, alcohol o tabaco, falta de ejercicio, estrés, etc), te recomendamos que primero desintoxiques el organismo a través de una dieta hipotóxica durante uno o varios meses, (consúltenos cómo desintoxicar el organismo) ya que, si hay exceso de toxinas, el ayuno puede provocar crisis depurativas agudas con efectos indeseables. Mejor hacer las cosas con moderación, prudencia y paciencia.
Para comprender qué significa el ayuno, te recomendamos que leas “El gran libro del ayuno” de Ruediger Dahlke, un magnífico manual donde el autor nos explica detalladamente las implicaciones del ayuno, ayudas y complementos. Una visión extraordinariamente global de lo que significa la ayunoterapia.
El ayuno, tal y como se viene practicando por tantas y tantas civilizaciones, implica muchas más cosas que dejar de comer. Ayunar significa hacer un acto consciente y voluntario de renuncia. No solo a la comida, sino a todo tipo de acciones compulsivas y automáticas que nos impiden ver las cosas con claridad y que nos intoxican el cuerpo, la mente y el alma. Además de utilizarlo como terapia curativa en caso de enfermedad aguda o crónica para potenciar nuestra capacidad autocurativa, numerosas religiones y filosofías han adoptado (y adoptan) el ayuno como terapia depurativa para desarrollar el espíritu y la fuerza personal. Históricamente, el ayuno se ha practicado antes de realizar labores que implicaban fuerza, concentración o estabilidad emocional.
Al margen de los enormes beneficios que un ayuno corto produce en el organismo (que veremos más adelante), si complementamos el ayuno con otras prácticas conscientes, conseguiremos no solo desintoxicar el cuerpo, sino también ponernos a prueba sobre aquellas cosas que no sabemos controlar, poner la atención en ciertos actos automáticos que muchas veces nos destruyen, y permitir un espacio interior y exterior libre de toxinas y ruido que nos permita escuchar nuestra voz interior y discernir con claridad asuntos importantes de nuestra vida. Es decir, crear un espacio de autoconocimiento y autoescucha. Con esta finalidad, vamos a indicarte algunas sugerencias paso a paso.
Si estás leyendo este artículo, es probable que no seas una persona experta en hacer ayunos prolongados, por lo que, si vas a iniciarte en el asunto, te recomendamos que primero sigas una dieta hipotóxica durante un mes o varios y luego vayas probando el ayuno (un máximo de dos días), por ejemplo una vez al mes.
Elegir el momento y el lugar son asuntos importantes, por lo que te sugerimos que lo prepares con esmero, como si fuese una aventura excitante que puede conducirte a un estado de serenidad y limpieza maravillosos. Es decir, tómate tu tiempo para planearlo y esfuérzate en ponerlo en práctica con verdadera implicación, no a lo loco.
El mejor momento para hacer ayunoterapia es en primavera o en otoño (cambios de estación en general). Elige uno o dos días dentro del ciclo lunar entre la luna llena y la luna nueva, es decir, en luna menguante. Esta fase de la luna es la más apropiada para liberar, soltar y deshacerse de sustancias tóxicas y hábitos malsanos. Al contrario, cuando la luna crece, es momento de tomar, recopilar información, nutrirse, etc.
Elige un lugar donde puedas estar en silencio y soledad, preferiblemente en un entorno natural. Nuestro consejo es que, además de la comida, también prescindas del teléfono, los libros, la televisión y cualquier “ruido” externo que te desconecte de tu voz interna. Te animamos a que evites también el tabaco si eres una persona fumadora, como acto consciente, durante uno o dos días mientras ayunas. Por el contrario, conviene dar paseos entre los árboles, hacer yoga y meditación, pintar mandalas o hacer cualquier tipo de manualidad que vacíe la mente de ruido y pensamientos.
Con el fin de que no resulte una experiencia demasiado agresiva, conviene entrar y salir del ayuno cediendo el paso, poco a poco, a la ausencia de alimentos.
El día anterior al ayuno desayuna copos de arroz y una manzana, come una ensalada de vegetales crudos y cena verduras cocidas.
El verdadero ayuno es aquel que elimina todo tipo de alimentos, excepto el agua. Pero si lo prefieres, también puedes optar por un ayuno más moderado que consiste en tomar agua y caldos vegetales. Incluye en los caldos alimentos como ajo, cebolla, puerro, zanahoria, apio, perejil, y rábanos… todos ellos especialmente indicados para depurar el organismo y potenciar las defensas naturales.
Para salir del ayuno, sigue la misma dieta que el día anterior al ayuno. Es decir, después de pasar un día sin comer (o dos como máximo), haz durante un día una dieta basada en alimentos vegetales y cereales.
Estos son algunos cambios que se producen en el organismo durante el ayuno:
A continuación te mostramos un listado de los casos en los que está indicado hacer ayuno, o los casos en los que el ayuno puede resultar particularmente beneficioso. Recuerda que cada persona es un mundo y que cada cual debe averiguar o informarse sobre la idoneidad de realizar ayuno o no según las circunstancias particulares.
El manual Ayuno y Plenitud editado por los hermanos de San Juan de Dios de Terrateniente, incide en el particular beneficio que puede tener el ayuno en caso de:
El ayuno está particularmente contraindicado en:
El ayuno puede provocar lo que se conocen como crisis depurativas, curativas o crisis desintoxicantes, en las que el organismo pone en marcha sus mecanismos de defensa para recuperar el equilibrio perdido. Es decir, las crisis curativas son necesarias y positivas aunque ello conlleve un agravamiento de los síntomas de manera puntual.
Este tipo de crisis suele darse al principio de cualquier tratamiento naturista y, de hecho, es señal de que las cosas están funcionando como deben.
Casi todos los síntomas son de intensidad leve y no debes preocuparte ni darle demasiada importancia mientras sigan siendo leves. Si, por el motivo que sea, se agravan o tienes la intuición de que algo no va bien, suspende el ayuno y dirígete a un centro médico.
Estos son algunos síntomas que se pueden presentar durante el ayuno.
Si tienes interés en ir desintoxicando tu organismo poco a poco a través de la dieta, quizá te interese pedir un turno para atenderte.