Para evitar un destino similar, el año pasado Stephen se unió a ParkinSong, un grupo de pacientes con Parkinson que se reúne cada mes con un terapeuta musical. Cantan en coro y aprenden técnicas para conservar la voz cantante y hablante.
“La sesión consiste en ejercicios vocales y respiratorios, postura correcta y cosas así”, dice Stephen. “Las cuerdas vocales son como cualquier músculo del cuerpo. Si uno no las usa, las pierde”.
Stephen practica los ejercicios todos los días y se graba cantando para detectar diferencias en su voz. Está contento con sus avances.
“Antes de unirme a este coro pensaba en cosas terribles, como no poder hacer lo que más me gusta: cantar”, dice Stephen. “Así que, mientras pueda cantar, saldré al escenario a hacerlo”.
Ayudar a los enfermos de Parkinson a conservar la voz es solo uno de los beneficios de la musicoterapia. Existen varios programas de música que pueden mejorar la salud mental o física de personas con diferentes problemas. No tiene efectos secundarios, excepto, quizás, que a uno se le pegue una canción.
“Veremos cada vez más estudios que demuestran que es terapéutico y que de verdad no tiene aspectos negativos”, dice la doctora Corrine Fischer, profesora adjunta del departamento de psiquiatría de la Universidad de Toronto, en Canadá.
Existen varias opciones de terapia para aliviar el dolor o para conservar o restaurar funciones corporales. La fisioterapia puede ser eficaz, pero los ejercicios repetitivos pueden aburrir. La música puede aportar diversión a la terapia. “La gente practica más tiempo porque disfruta de lo que hace”, dice la Dra. Melissa Mercadal-Brotons, musicoterapeuta de Barcelona, presidenta de la Federación Mundial de Musicoterapia.
La música es un motivador ideal porque provoca en las personas profundas reacciones emocionales; los investigadores y musicoterapeutas aprovechan esto para crear tratamientos que pueden ser tanto o más efectivos que las terapias tradicionales.
“La música es multidimensional”, dice la Dra. Jeanette Tamplin, musicoterapeuta e investigadora de la Universidad de Melbourne que participa en ParkinSong. “Puede ser muy funcional, como para hacer que la gente camine a su ritmo, o muy psicodinámica, como para ayudarles a adentrarse en las emociones y a procesar la pena y la adaptación mediante canciones”.
Los médicos recomiendan la musicoterapia para tratar ciertas enfermedades y los investigadores se esfuerzan por ampliar el alcance de los tratamientos. Así es como beneficia a los pacientes.
Los ejercicios que Stephen Dunn y otros miembros de ParkinSong aprenden técnicas probadas por la investigación que les ayudan a aumentar el volumen de su voz y a mejorar su dicción. “El Parkinson afecta a la comunicación, incluso desde las primeras etapas”, dice Jeannette Tamplin.
En un período de tres meses, ella y sus colegas hicieron que 75 pacientes de Parkinson participaran en sesiones semanales o mensuales. En comparación con los no participantes, el volumen de los participantes aumentó y su función respiratoria mejoró, y los que asistieron cada semana mejoraron más que los que lo hicieron cada mes. El estudio se publicó este año (2020). “El hecho de ver a las personas hablar más alto y con más confianza fue muy emocionante”, dice.
Los pacientes de Parkinson también sufren problemas de movilidad, y la musicoterapia puede ayudarles a mejorar su capacidad de caminar. Un estudio italiano de 2019 mostró que diez personas con Parkinson que bailaban tango con regularidad mostraron mejoras en su caminar, movilidad, equilibrio y calidad de vida.
“La música puede servir de señal para reforzar la atención del paciente al moverse”, dice el Dr. Giovanni Albani, autor del estudio y neurólogo del Istituto Auxológico Italiano de Milán. “Y el tango armoniza los movimientos entre el tronco y las extremidades, lo que lleva a la recuperación de algunas funciones cerebrales”.
A veces los médicos recomiendan musicoterapia a los pacientes con demencia. Según una investigación del año pasado que analizó seis estudios publicados con anterioridad, la música ayuda a mejorar la conducta y la cognición de personas con Alzheimer, la forma más común de demencia.
“En nuestra clínica de la memoria solemos recomendar: si tocabas el piano, toca el piano. Si te gustaba la música, por favor escucha música que tenga alguna resonancia emocional. Ayudará a tu cerebro”, dice la Dra. Corinne Fischer, autora del estudio.
Ella ha estudiado el efecto de la música en la actividad cerebral de personas con deterioro cognitivo leve, precursor de la demencia. Oyeron música durante una resonancia magnética, que muestra qué áreas del cerebro se activan. Cuando oyeron música con un significado emocional (como su canción de boda) se activaron más áreas del cerebro que cuando oyeron música que jamás habían escuchado. “También se activaron áreas subcorticales, encargadas de la expresión emocional”.
Otras investigaciones han descubierto que oír música conocida ayuda a las personas con Alzheimer a recordar. Un estudio de 2013 con 24 participantes mostró que, al oír viejas canciones populares, los enfermos de Alzheimer podían recordar información autobiográfica vinculada a ellas.
“Cada vez que la gente oye canciones conocidas, el área que se activa es la correspondiente a los recuerdos autobiográficos”, dice Melissa Mercadal-Brotons.
Tras un accidente cerebrovascular, hay quienes necesitan fisioterapia o terapia ocupacional para recuperar la función de una extremidad. La musicoterapia también puede ayudar.
Diez meses después de sufrir una apoplejía en 2018, Yaismery Leon-Hechavarria, de 34 años, de Barcelona, entró en un programa de musicoterapia para recuperar la función del brazo derecho tocando instrumentos.
Durante diez semanas, tres veces a la semana, tocó el piano y percusión: jembé, maracas, palo de lluvia, pandereta y castañuelas. Las sesiones fortalecieron el brazo.
“Ahora voy por la calle y nadie nota que sufrí un accidente cerebrovascular”, dice Yaismery. “Ahora trabajo la precisión... como bordar”.
Los pacientes practican la motricidad gruesa al golpear tambores y la fina al tocar las teclas del piano. A muchos les entusiasman las sesiones de musicoterapia.
“Creemos que aumenta la motivación”, dice el profesor de investigación Antoni Rodriguez-Fornells, doctor de la Universidad de Barcelona que participa en esta investigación de musicoterapia. “No necesitarás que te presionen para hacer esta terapia. Tú mismo querrás hacerla”. Esta intervención de musicoterapia ha sido tan efectiva como las terapias tradicionales para recuperar la función del brazo, pero los pacientes se divierten al fortalecer la parte superior del cuerpo.
Se ha demostrado que la musicoterapia reduce el dolor de distintas enfermedades. Un estudio de 2018 revisó 13 estudios anteriores sobre los efectos de la musicoterapia en el control del dolor y concluyó que la música tiene un efecto notable en el dolor. “La música reduce la intensidad del dolor, pero no lo hace desaparecer”, dice el Dr. Juan Martín Saavedra, investigador de la Universidad del Rosario en Bogotá (Colombia) y autor del estudio. El objetivo de la musicoterapia es complementar las medicinas para el dolor, no sustituirlas. “La teoría más común es que intervenciones como la música distraen del dolor e inducen un estado emocional positivo que ayuda a sobrellevarlo mejor”. Hace falta investigar más para descubrir qué música es más efectiva para aliviar el dolor y qué enfermedades puede ayudar. “Distintos tipos de música tienen efectos diferentes en el cerebro. No toda la música sirve para aliviar el dolor y no todo dolor puede aliviarse con música”, dice.
Los pacientes que reciben musicoterapia suelen sentirse transformados por la experiencia. Stephen Dunn disfruta tanto de ParkinSong que decidió aprender a leer música para participar de forma más activa. Cantar se ha convertido en una parte apasionante de su vida, y es bueno para su salud. “Lo veo como una estrategia a largo plazo para seguir cantando”, dice Stephen. “ParkinSong podría ayudarme a conservar la voz tanto tiempo como pueda”
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