21 Aug
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La infección pulmonar es frecuente en nuestro medio y es aún peor en los países en pleno desarrollo, siendo de las principales infecciones que producen secuelas graves.

Infección en los pulmones ¿es grave?

La prevención y el tratamiento temprano de la infección pulmonar es fundamental para evitar una infección pulmonar grave que pueda comprometer la vida del paciente.

Infección en los pulmones ¿por qué se produce?

Las infecciones pulmonares, en el caso de ser causadas por bacterias, no suelen ser consecuencia de un contagio, de modo que podemos decir de forma general que las neumonías bacterianas no se contagian.

Lo que se da es una sobre infección con flora saprófita tras, por ejemplo, un proceso infeccioso de vías aéreas superiores donde, de forma oportunista, las bacterias aprovechan el inmunocompromiso para hacer su guerra.

¿Es contagiosa la infección pulmonar?

En el caso de los virus es distinto y la infección pulmonar puede ser contagiosa. No es que se contagie la neumonía, pero en los virus con tropismo por el parénquima pulmonar es fácil que al contagiarse el paciente, estos virus puedan terminar por afectar al pulmón. También es cierto que esta progresión se da en muy pocos casos, salvando la situación actual del Covid 19.

Infección pulmonar: síntomas

Las infecciones pulmonares suelen iniciarse con cuadros de vías aéreas altas como son:

  • Faringitis.
  • Amigdalitis.
  • Rinosinusitis.

En algunas ocasiones se agravan por avance de la infección a los niveles más profundos, alcanzando los alveolos y dando lugar a la infección pulmonar.

Los síntomas y signos de la infección pulmonar en algunas ocasiones son anodinos con la aparición de una simple disnea, pero que en cuestión de horas puede “encharcar los pulmones” comprometiendo la vida de paciente.

Síntomas y signos de la infección pulmonar:

  • Disnea.
  • Tos con o sin expectoración.
  • Cansancio.
  • Fiebre.
  • Taquicardia y taquipnea.
  • Mal estado general.
  • Estertores junto con sibilancias, estas últimas si se ven afectados los bronquios.
  • En la Rx de tórax se observa condensación pulmonar, líneas B de Kerley…

Pueden aparecer otros síntomas menos típicos como dolor articular, muscular…, con apenas manifestaciones pulmonares, sin fiebre o solo febrícula, siendo estos cuadros atípicos más frecuentes en lo procesos virales y algunas bacterias menos comunes.

Infección pulmonar: cómo diagnosticarla

Para el diagnóstico de una infección pulmonar es fundamental una buena anamnesis y exploración física completa, por medio de los signos y síntomas, junto con una radiografía de tórax.

Lo que puede resultar más difícil es filiar la infección, por lo que se solicitarán más pruebas como: 

  • Analítica sanguínea y orina: para valorar el grado de la infección y realizar hemocultivos, serología…
  • Broncoscopia, lavado broncoalveolar, exudado nasal: para realizar un cultivo y tinciones con el fin de detectar el agente causante.
  • Aspirado gástrico en lactantes.
  • TAC: en situaciones menos claras o cuando hay afectación intersticial. También en el diagnóstico diferencial de la infección pulmonar con otros cuadros con signos similares.

Con los datos clínicos y las pruebas de imagen, normalmente la Rx de tórax, es suficiente para el diagnóstico de una infección pulmonar, pudiendo solicitarse más pruebas con el fin de filiar la infección y valorar el grado de afectación.

Infección pulmonar en personas mayores

Las infecciones pulmonares suelen ser más frecuente en los extremos de la vida, en ambas situaciones la inmunidad se ve comprometida y los mecanismos de protección pulmonar también se encuentran algo alterados, como son: la función mucociliar, el aclarado de las secreciones, la arquitectura del parénquima pulmonar…

Todo esto conduce a una mayor predisposición al desarrollo de patología pulmonar y además, que esta sea más grave.

Infección pulmonar: tratamiento

El tratamiento de las infecciones pulmonares dependerá del agente causal.

En el caso de los cuadros por bacterias se iniciará tratamiento empírico junto con el sintomático, para posteriormente, tras los resultados de los cultivos, hemocultivos, serologías, antígenos de orina, etc… (en los casos no respondedores) aplicar una terapia antibiótica dirigida.

En los cuadros derivados de una infección viral el tratamiento será sintomático y de soporte en los casos necesarios, además de tratamiento antiviral cuando se disponga, como puede ser el caso de las neumonías por VVZ.

Cómo prevenir la infección pulmonar

La mejor forma de prevenir las infecciones pulmonares es a través de medidas higiénico/dietéticas y un estilo de vida saludable.

  • El cuidado de las vías aéreas por medio de los lavados nasales y los enjuagues oronasales son útiles para reducir la carga en el moco de agentes patógenos.
  • Dieta que favorezca la función de nuestro sistema inmune: consumo de especias como el jengibre, cúrcuma, ginseng, maca… frutas ricas en antioxidantes, fermentos, ayunos intermitentes, dieta hipocalórica… 
  • Existen muchas formas para potenciar el sistema inmune. El agua de mar potencia la inmunidad como bien demostró René Quinton con un sinnúmero de casos clínicos atendidos.
  • Los cuadros de vías altas, sobre todo en personas mayores, deben cuidarse y vigilarse por la fragilidad de este grupo de riesgo en el desarrollo de patología pulmonar.

Es importante un buen asesoramiento por parte de un profesional, de modo que pueda planificar una estrategia integral para potenciar el sistema inmune y la salud global del individuo.

Fundación René Quinton
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