El hecho de que te sientas estresado o agotado es un indicio de que los meridianos energéticos empiezan a invertir el sentido, por lo que te verás obligado a descansar. En casos más extremos, no sólo se invierte el sentido de los meridianos, sino que también las energías pueden resultar bastante caóticas. La postura Wayne Cook reordena estas energías caóticas y perturbadas.
Yo utilizo la postura Wayne Cook cuando me siento agobiada o estoy muy nerviosa, cuando no logro aclararme acerca de algo o concentrarme o cuando tengo que enfrentarme a alguién o me siento disgustada después de una discusión. Este procedimiento se denomina de este modo en honor a Wayne Cook, un investigador pionero de los campos de fuerza bioenergética, que inventó el procedimiento que me sirvió de base para diseñar este ejercicio. Tal vez en mayor medida que cualquier otro método aislado de los que enseño, la postura Wayne Cook tiene el poder de calmar, poner en orden los pensamientos y ayudar a comprender y afrontar mejor los problemas que se nos presentan.
Esta técnica resulta eficaz incluso cuando el disgusto es tan fuerte que no conseguimos dejar de llorar o cuando acabamos gritando a otros, sumidos en la desesperación o sintiendo que estamos extenuados. Ayuda a equilibrar las hormonas del estrés. Casi de inmediato, empezarás a sentirte menos alterado y menos estresado. La postura Wayne Cook puede ayudar a:
Para hacer la postura Wayne Cook, siéntate en una silla con la espalda recta ( Duración: aprox. 90 seg )
Wayne Cook demostró la eficacia de esta técnica en el tratamiento de la dislexia y el tartamudeo. El ejercicio conecta el circuito energético de tal manera que permite un flujo suave y libre por todo el cuerpo. El estrés hace que cierta parte del cerebro domine al cerebro anterior. La parte del cerebro con la que piensas se va apagando. Mucho antes de que se desarrollara el cerebro anterior, el sistema nervioso autónomo garantizaba la supervivencia de nuestros antecesores en situaciones de amenaza.
Las reacciones eran automáticas y no premeditadas. De hecho, era el funcionamiento adecuado y suponía una adaptación excelente. Sin embargo, el trabajo conjunto entre el cerebro anterior, que se desarrolló más tarde, y el sistema nervioso autónomo no supuso presisamente un logro ejemplar por parte de la naturaleza. La postura Wayne Cook ayuda a que las energías de ambos estén equilibradas. Además, resulta útil para un gran número de problemas psicológicos, incluidos los estados de confusión, las manías, las compulsiones, las depresiones, la desorganización y la cólera. La postura Wayne Cook también fortalece la energía global del cuerpo, de manera que resulte menos vulnerable a influencias externas como la contaminación y las energías tóxicas del entorno.
Las alteraciones en la energía se manifiestan en el habla. El interlocutor a menudo no recibe la información que se está intentando transmitir, porque permenece atrapado en este caos energético. Las energías de un orador pueden provocar sueño entre los que lo escuchan o bien llamar su atención. El impacto energético es inmediato y, con frecuencia, deja de ser consciente. Si tuviéramos que hacer el test de energía al público cuando las energías del orador están perturbadas, veríamos que la mayoría también obtiene un resultado bajo. Cuando las energías de alguien presentan claridad y concentración, este hecho también se contagia.
Por ejemplo, ¿te ha ocurrido alguna vez que, tras asistir a una función de teatro, te gustó tanto que volviste la noche siguiente? Pero, no obstante, esa noche, la función sencillamente no tuvo la misma fuerza que el día anterior. La primera vez, los actores hablaban en un tono suave y congruente. La segunda noche, por algún motivo, quizás debido a una combinación de estrés y agotamiento, sus energías estaban alteradas. Les hubiera resultado útil practicar la postura Wayne Cook.
Como resido en una ciudad de teatro, he demostrado muchas veces cómo una energía alterada puede hacer que los actores pierdan su público y he enseñado a muchos de ellos la postura Wayne Cook para poner en orden sus energías antes de una función. La diferencia se hace notar. Incluso, si no eres actor, es evidente que existe un lugar en tu vida en el que aplicar esta técnica. Aplícala y serás, entre otras cosas, un mejor oyente o público. Si tu pareja parece no escucharte o si te cuesta expresar tu propia verdad, esta técnica constituye la preparación ideal para cualquier confrontación o discusión importante.
Del Libro “Medicina energética” de Donna Eden.