Nos situamos alrededor del siglo X cuando unos disciplinados y despiadados guerreros comenzaron a surgir en Japón. La figura del samurái, traducido al español como 'el que sirve', estuvo presente durante cientos de años en el país oriental y entró a la historia como una de las élites militares más profesionales y eficaces. Existen multitud de leyendas sobre estos luchadores y todas ellas resultan apasionantes. Pero, uno de los legados que dejaron al mundo y que normalmente pasa desapercibido es la postura 'Samurái', una forma de combatir el estreñimiento.
Fue la muerte de Uesugi Kenshin, un guerrero que gobernó la Provincia de Echigo, la que propició el hallazgo de esta postura que a día de hoy practican aquellos que tienen problemas para ir al baño. Algunas teorías defienden que Kenshin fue acuchillado y asesinado en plena guerra cuando se encontraba haciendo sus necesidades.
Ir al servicio en época de guerra en aquellos años era sumamente arriesgado. Por ello, a raíz de la muerte de este gran guerrero los samuráis depuraron la técnica y optaron por cruzar la pierna. Esta postura se realiza sentándose en el inodoro con la espalda recta y con una de las piernas doblada y cruzada, haciendo que repose el tobillo de una pierna sobre la rodilla de la otra. Se puede realizar con cualquiera de las dos. De esta manera, se facilita la expulsión de los excrementos, mejorando así la evacuación.
Esta técnica milenaria puede ser utilizada para mejorar nuestra experiencia en el servicio. Sin embargo, no es algo milagroso y habría que seguir otros buenos hábitos para ir mejor al baño. Por ejemplo, alejarse del estrés ayuda a que el intestino no se relaje y se pueda activar de mejor forma.
Beber de 1,5 a 2 litros de agua diariamente resulta un factor clave para el correcto funcionamiento de nuestro intestino. Un vaso de agua caliente nada más levantarnos puede aportar una ayuda extra. Por supuesto, una dieta rica en fibra es ideal para poder ir al baño sin preocupaciones. Kiwis, manzanas, aguacates, lentejas o el arroz integral es positivo que aparezcan en nuestros menús.
Dedicar unos minutos a caminar diariamente acelera nuestra digestión y contribuye a movilizar el intestino. Pero es recomendable que el paseo sea una media hora más tarde de terminar de comer. Darse un pequeño automasaje después de comer puede ser otro punto a tener en cuenta para prevenir el estreñimiento.
Diario de Ibiza