Hoy en día la acupuntura es ampliamente conocida tanto en Europa, como en Estados Unidos y Asia, los continentes donde más se practica, sin embargo, el arte de insertar de forma estratégica pequeñas agujas en puntos concretos de nuestro cuerpo con el fin de sanar, es una práctica que comenzó en China hace miles de años.
Nos centraremos en los beneficios que tiene este arte, pero antes nos gustaría hablar de su origen, historia y en qué tipo de dolores o enfermedades es cuando más se utiliza la acupuntura como método para sanar de forma natural y sin efectos secundarios.
Vamos a explicar en qué consiste la acupuntura. Se trata de una práctica que tiene su origen en la medicina tradicional china, consiste en la estimulación de zonas concretas de nuestro cuerpo, las conocidas como localizaciones anatómicas sobre la piel, mediante diferentes técnicas. En la mayoría de casos de todas ellas el uso de agujas delgadas y metálicas es esencial, de ahí el nombre de esta técnica. Las áreas en las que se insertarán estas agujas son las que mayor conducción eléctrica tienen.
Y es que la tradición de la acupuntura considera que los flujos de energía que se encuentran dentro del cuerpo humano se pueden separar y crear un balance positivo de salud. Ese balance se conoce como Qi. Sería precisamente el Qi el que se movería en el cuerpo a lo largo de 12 canales principales conocidos como meridianos, que son los que representan los órganos y las funciones principales del cuerpo humano.
La selección de los mencionados puntos se basa en información obtenida a través de las siguientes pautas que se aplican, de forma individual, en cada paciente: mirar, escuchar, preguntar y palpar. De hecho, estas cuatro pautas se pueden volver a repetir en la misma sesión, de manera que la información que se obtiene del paciente se renueve constantemente y se compruebe que, efectivamente, la técnica está funcionando o no.
Algo que se explica, sin duda, por la influencia de las filosofías budistas y taoístas que influyen dicha práctica y que coinciden en que, “lo único constante en la vida es el cambio”
De ahí que el estado de un paciente pueda variar de un momento para otro y la observación continua es esencial.
Como ya hemos mencionado, la acupuntura nació en china hace miles de años y desciende de la práctica médica de la sangría. Los primeros datos que se han encontrado de la acupuntura datan de la Era Común y se extraen del libro conocido como ‘Clásico de Médicina Interna de Preguntas Comunes del Emperador Amarillo’.
Se sabe que las primeras agujas utilizadas para la mencionada técnica estaban hechas de piedra y que se trataban para curar enfermedades de la piel. También se emplearon agujas que incluían hueso, oro, plata o fragmentos de bambú.
Convertida en terapia estándar en China, dentro de la medicina tradicional, la misma se complementaba con dieta, hierbas, masajes o terapia del calor, para conseguir los fines que se pretendían. Hoy en día, estos aspectos también forman parte de la acupuntura moderna.
Una acupuntura que en el siglo VI se introduciría en Coreo y Japón, convirtiéndose en una parte integral del sistema de salud de ambos países. El éxito probado de esta práctica era tal, que pronto y gracias a la cura de importantes personalidades de estos países, se extendería por India, Vietnam y otros países asiáticos. A Europa, sin embargo, no llegaría hasta casi 10 siglos más tarde, concretamente en el XVI.
Resulta curioso saber que un siglo más tarde, disminuiría el interés por esta práctica en su país de origen y en 1822 , el entonces Emperador, excluyó la acupuntura del Instituto Médico Imperial, al considerarla cargada de supersticiones. Tras este periodo de ‘oscurantismo’, en el que los médicos rurales siguieron investigando y llevando a cabo esta práctica, en 1949, el gobierno comunista de China volvería a incluir la acupuntura en los formularios tradicionales de la medicina china y, desde entonces, no se ha dejado de investigar y, poco a poco, ha ido aumentando la práctica de la misma, no sólo en China y en otros países asiáticos, sino también como decíamos, en Europa y Estados Unidos, donde cada vez hay más adeptos.
Un último dato a destacar en cuanto a la historia de la acupuntura es que la práctica de la misma no se ha considerado como una profesión, hasta hace poco más de tres décadas.
Hoy en día, son muchos los osteópatas y quiroprácticos, los que incluyen estas terapias en sus consultas, como otro método para mejorar la salud física de sus pacientes.
Lo cierto es que la lista es larga, pero nos gustaría mencionar algunas de las dolencias más comunes que se resuelven mediante la acupuntura , de forma eficaz y sin efectos secundarios: