30 Dec
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La mayoría de las enfermedades físicas, mentales y emocionales son causadas por impactos emocionales negativos no liberados al momento. Para poderlo explicar, será necesario hacer una introducción a la medicina holística.

La medicina holística entiende que la energía entra en el cuerpo por los alimentos, el aire y el sol. La energía se distribuye por todo el cuerpo a través de los meridianos. Esta energía nos permite, por un lado, llevar a cabo acciones físicas, emocionales y mentales. Por otro, hace que las células puedan reproducirse correctamente. Si la energía llega bien a todo el cuerpo, todo funciona, pero no siempre es así. Cuando hay un impacto emocional (conflicto, disgusto…), si no se libera al momento (hablando, gritando, llorando…), hay un estancamiento de la energía, se obstruyen los meridianos y la energía se convierte en materia (bloqueo energético).

Los bloqueos energéticos tienen una repercusión física y otra emocional. A nivel físico, un bloqueo genera una presión sobre los órganos de alrededor y absorbe su energía. Estos órganos se inflaman, se debilitan y, con el tiempo, originan enfermedades. Por el contrario, las células que forman el bloqueo ganan en tamaño y en fuerza hasta el punto de alterar su ADN, lo que puede generar tumores, miomas y quistes.

Para evitar enfermedades cancerígenas, el cuerpo abre pequeñas fisuras allí donde hay un bloqueo. A través de las fisuras, provoca fugas de energía para no alimentar las células del bloqueo y para impedir que cojan fuerza.

Cuando hay fugas, quiere decir que hay partes del cuerpo que reciben menos energía y se vuelven más débiles. En muchos casos, una parte débil es el sistema nervioso. Un sistema nervioso debilitado hace que la persona viva los impactos emocionales de manera amplificada (ansiedad, angustia…), el doble o el triple de lo que sería normal. De esta manera, el cuerpo físico ha transmitido el problema al cuerpo emocional.

Bloqueos energéticos más habituales

Bloqueo cerebral.

Se localiza en los lóbulos parietales y se forma por no expresar verbalmente lo que se piensa o se siente (es consecuencia del bloqueo de comunicación). A nivel físico, genera dolores de cabeza, migrañas y vértigos. En cuanto a los trastornos emocionales, provoca pensamientos circulares y obsesivos, dispersión, pensamientos encadenados que no permiten focalizar la atención, déficit de atención e hiperactividad (TDAH) e insomnio.

Bloqueo de comunicación.

Se forma en el cuello y su causa es el hecho de no expresar verbalmente los sentimientos. Como trastornos físicos, afecta al sistema inmunológico (glándulas tiroides y timo), además de problemas hormonales y en las cuerdas vocales. A nivel emocional, los bloqueos de comunicación social causan inseguridad y falta de autoestima. Los de comunicación íntima, formados en la infancia, dificultan comunicarse de manera fluida y expresar sentimientos.

Bloqueo de plexo.

Se forma en el plexo por la acumulación de angustia y ansiedad a lo largo de la vida. De hecho, una parte de cualquier bloqueo energético va a parar al plexo. A nivel físico, da problemas respiratorios (asma) y de piel (alergias). En cuanto a los trastornos emocionales, altera el sistema nervioso (estrés, ansiedad, angustia …)

Bloqueo de pareja.

Se origina en el hígado y en la vesícula biliar como consecuencia de desengaños y frustraciones en las relaciones de pareja. Provoca inflamaciones en el hígado y en la vesícula, colesterol, piedras de vesícula, transaminasas y problemas digestivos, así como relaciones difíciles con la pareja actual.

Bloqueo paterno.

Se forma en la zona inguinal derecha por la falta de entendimiento o conflictos con el padre. También se puede dar por haber sufrido por el padre a causa de una enfermedad o por una muerte no superada. Provoca problemas hormonales y reproductores (eyaculación precoz, próstata…). También dificulta materializar proyectos de vida y en el trabajo.

Bloqueo materno.

Origina en la parte inguinal izquierda y tiene las mismas causas que el anterior. A nivel físico, provoca frigidez, problemas hormonales y de menstruación. A nivel emocional, causa bloqueos en la creatividad, la ilusión y la intuición, además de dificultad para demostrar afecto.

Bloqueo con los hijos.

Se forma en la zona del páncreas por la enfermedad grave o la muerte de un hijo. Puede provocar problemas digestivos y al sistema inmunológico, además de diabetes. A nivel emocional, es la causa de grandes depresiones.

Bloqueo familiar de raíz.

Se forma en la infancia o en la adolescencia en la zona del medio vientre. Tiene como causa los conflictos de convivencia familiar (por ejemplo, los celos entre hermanos) o en la escuela (bullying). A nivel físico, provoca problemas reproductores y hormonales. A nivel emocional, inseguridad, falta de autoestima, timidez, etc.

Bloqueo familiar actual.

Se origina en la parte alta del vientre debido a los problemas de convivencia en el entorno inmediato (familia, trabajo o escuela). A nivel físico puede traer problemas digestivos (hernias de hiato, intolerancias alimentarias…). En cuanto a los trastornos emocionales, son los mismos que los del bloqueo familiar de raíz, pero aumentados.

Bloqueo de impotencia.

Se forma en los riñones y tiene que ver con el miedo, los sentimientos de impotencia respecto a temas emocionales, o bien respecto al trabajo y el dinero o la escuela. Provoca el debilitamiento y la inflamación de las lumbares, lo que da problemas en los riñones, el conducto urinario y la vejiga (retenciones de líquidos, formación de piedras en el riñón, cólicos…). El riñón deja de fabricar energía vital y esto se traduce en sensación de cansancio, sentimientos de cobardía, falta de alegría y de ilusiones.

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