Es posible que la caseína no sea la mejor opción suplementaria si tenemos algún tipo de intolerancia a los lácteos. Esta proteína puede producirnos reacciones alérgicas e incluso problemas renales
La caseína es la proteína principal de la leche sin pasteurizar. Aunque para muchos es desconocida, se encuentra en derivados lácteos como: el queso, la mantequilla y también el yogur.
Durante muchos años se dio a conocer por sus interesantes valores nutricionales, pero en la actualidad hay ciertas advertencias con relación a su consumo.
Esto es así, sobre todo, porque algunas personas manifiestan síntomas de alergias e intolerancias que, de no controlarse, puede conducir a problemas de salud más graves.
También se conoce con el nombre de “proteína lenta” puesto que, a diferencia de la de suero, se digiere y se absorbe con lentitud,
La caseína es uno de los suplementos que, a menudo, se recomiendan para aquellos que están siguiendo un régimen de ejercicio activo.
Sin embargo, es conveniente analizar sus posibles efectos secundarios, sobre todo en caso de tener antecedentes de alergias o también intolerancias hacia cualquier producto lácteo.
Existen varias enfermedades del sistema respiratorio que se asocian con la incapacidad del cuerpo para descomponer de forma óptima la caseína.
Esto se debe a que, durante la descomposición bacteriana de esta proteína, se liberan productos secundarios que ocasionan la aparición de un moco espeso y pegajoso que se adhiere de las membranas mucosas.
Como consecuencia, se obstruye el sistema respiratorio, impidiendo el transporte del oxígeno con total fluidez. Por este motivo, una mala digestión de caseína se asocia con:
Uno de los principales objetivos de todo suplemento alimenticio es el hecho de reforzar las defensas para evitar el ataque de agentes externos que debiliten la salud.
Si bien la leche y también sus derivados contienen nutrientes que se consideran imprescindibles, podría producirse un efecto contrario cuando se padece algún tipo de intolerancia.
Según estudios, la caseína está considerada como altamente inmunogénica, es decir, que para su digestión demanda una producción alta de anticuerpos y otros elementos del sistema inmunitario.
Esto produce un debilitamiento que, con el tiempo, aumenta la susceptibilidad de parecer infecciones y también otras reacciones alérgicas.
Su consumo regular, bien sea a través de lácteos o suplementos, se relaciona con síntomas de:
Cuando los riñones trabajan sin inconveniente alguno, el consumo moderado de caseína no suele ocasionarles problemas.
El problema se multiplica cuando, existiendo un problema renal, sigue haciendo parte de la dieta.
El consumo de caseína de leche puede desencadenar alergias en el organismo.
En ocasiones, el sistema inmunitario la identifica como un antígeno o compuesto dañino y libera histamina con el fin de neutralizarla.
A menudo, estas reacciones son frecuentes en quienes ya tienen un antecedente de alergias a los productos lácteos. Los síntomas incluyen:
La mala asimilación de la caseína se relaciona con el riesgo de diabetes infantil debido a los efectos secundarios que acarrea la producción de anticuerpos por parte del sistema inmunitario.
Estas respuestas del organismo pueden atentar contra los tejidos, las células y también las moléculas, alterando procesos importantes de las mismas.
¿Te han sugerido suplementos de caseína? ¿Presentas alguna reacción indeseada tras comer productos lácteos? Es importante consultar con un experto para saber qué tan conveniente o no es el consumo de este tipo de proteína.