06 Dec
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Era un viernes por la mañana, y Jan Malý, escritor y fotógrafo de 61 años de Praga, República Checa, estaba trabajando en su computadora cuando de pronto se le nubló la vista. “Sentí que me desmayaba”, cuenta. Lo mismo le ocurrió al día siguiente, casi a la misma hora.

Apenas seis semanas antes, en un examen médico de rutina, su presión arterial, por lo común normal, había salido elevada: 150/90 mmHg (140/90 se considera alta). Aunque estas cifras suelen fluctuar, el médico de Jan se basó en una sola medición para recetarle 50 miligramos diarios del antihipertensivo losartán.

Un día después del segundo episodio, Jan se desmayó mientras se preparaba el desayuno. Un nuevo examen reveló que tenía la presión muy baja: 80/40. Mediciones posteriores mostraron que esos peligrosos descensos le ocurrían a diario, cerca de una hora después de tomar el losartán. Jan se había unido a un numeroso grupo: el de los adultos mayores a los que las medicinas parecen hacerles más daño que beneficio.

¿Estás envejeciendo y tu botiquín empieza a parecer una farmacia?

En opinión de la geriatra Cara Tannenbaum, profesora de la Universidad de Montreal y directora de la Red Canadiense contra el Uso Innecesario de Fármacos, la práctica de recetar demasiados medicamentos a la gente mayor es un problema serio.

“Con la edad, el hígado y los riñones pierden eficiencia para eliminar desechos”, señala. Así que la dosis que tomabas hace 10 años quizá ahora sea excesiva.

Muchos médicos prescriben remedios sin establecer un plan de seguimiento para cerciorarse de que sean inocuos; o bien, algunos reexpiden recetas sin considerar si el medicamento aún es necesario (si es que alguna vez lo fue).

Muchos expertos se cuestionan si en verdad necesitamos tantas medicinas al pasar de los 55 años.

Como Jan descubrió, algunas de las medicinas más recetadas pueden ser también problemáticas. Por consejo de su médico y de un nutriólogo, Jan Malý cambió de dieta, empezó a ejercitarse y bajó 18 kilos de peso. Hoy día su presión arterial se mantiene dentro del rango saludable (130/80), y no toma fármacos.

Fármacos para regular la presión arterial

Según un amplio estudio realizado en Estados Unidos, combatir la hipertensión reduce el número de muertes por cardiopatías; sin embargo, a muchas personas les recetan dosis altas de antihipertensivos aun después de haber alcanzado valores óptimos de presión arterial.

El riesgo de sufrir reacciones adversas es mayor si tienes diabetes. El doctor Mattias Brunström, de la Universidad de Umea, Suecia, analizó casos de una base de datos nacional de pacientes diabéticos que tomaban antihipertensivos. No todos ellos padecían presión arterial alta.

La sobredosificación puede provocar mareos, confusión, caídas e incluso afecciones renales graves, sobre todo a los adultos mayores.

Brunström descubrió que el uso de antihipertensivos elevaba en 15 por ciento el riesgo de muerte por cardiopatía o apoplejía (accidente cerebrovascular). “Al parecer, la diabetes merma la capacidad orgánica de contrarrestar los descensos abruptos de la presión arterial”, explica.

Insulina para la diabetes

Quienes padecen diabetes tipo 1 y muchos de los que tienen diabetes tipo 2 en fase avanzada usan insulina para controlar su nivel de glucosa en la sangre. La insulina resulta esencial para toda persona que presenta un valor de hemoglobina glucosilada (A1C) de nueve o más durante un periodo largo.

Pero “para apreciar los beneficios de controlar bien la diabetes se requieren décadas”, dice Jeremy Sussman, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan. Así que si no te quedan décadas de vida por delante, usar mucha insulina probablemente no te reportará beneficios preventivos de largo plazo; al contrario, conllevará riesgos.

El uso excesivo de insulina puede provocar hipoglucemia, o disminución considerable del nivel de glucosa en la sangre. Esto a su vez puede producir confusión, deterioro cognitivo, caídas, coma e incluso la muerte. “Es un fenómeno tan común, que pensamos que muchas personas están corriendo un riesgo innecesario”, señala el doctor Sussman.

En 2015 un estudio reveló que a los adultos mayores diabéticos rara vez se les ajusta la dosis de insulina aunque lleguen a alcanzar niveles bajos y peligrosos de glucosa en la sangre.

¿En qué momento se vuelve peligrosa la hipoglucemia? Cuando el valor de A1C es menor de seis, dice Sussman. Según su estudio, toda cifra entre 6.5 y 7.5 es segura. “Conforme la gente envejece, hasta una disminución mínima es peligrosa”, dice. Si tu glucosa baja demasiado por usar mucha insulina, estás en riesgo.

Evita combinar Insulina con

  • Alimentos/Complementos: alcohol (o consume lo mínimo); cromo, vanadio, sábila, alholva, ginseng, Gymnema sylvestris, coenzima Q10
  • Fármacos: antihipertensivos, gatifloxacina

Sedantes con

  • Alimentos/Complementos: bebidas alcohólicas
  • Fármacos: antidepresivos como sertralina y fluoxetina; ketoconazol, benzodiacepinas como diazepam, alprazolam, lorazepam y clonazepam

Antihipertensivos con

  • Alimentos/Complementos: regaliz (orozuz), hierba de San Juan, potasio, arginina, angélica china (dong quai)
  • Fármacos: anticoagulantes orales, litio, antiinflamatorios no esteroideos, insulina

¿Las personas mayores que conoces toman muchos medicamentos durante el día? ¿Crees que la sobre medicación pueda ser la causa?

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