La luz solar no "tiene" vitamina D, que se adquiere con la alimentación (y también se produce como metabolito del colesterol). Pero es necesaria en su metabolismo, que es relativamente complejo.
La "vitamina D" no es una molécula única; inicialmente está representada por dos compuestos: las vitaminas D2 (ergocalciferol) y D3 (colecalciferol) - ambas inactivas biológicamente.
Parte de nuestras necesidades de vitamina D son producidas por nuestro metabolismo, como consecuencia del catabolismo del colesterol; pero otra parte debe ser proporcionada por la alimentación.
Lo curioso es que tanto los productos derivados del colesterol como los ingeridos con la alimentación son inactivos, y deben ser "activados" por procesos posteriores: lo que son activos son sus metabolitos.
En relación con el papel del sol, y simplificando: la radiación solar (UVB) recibida por la piel convierte una de esas formas inactivas (el 7-deshidrocolesterol) en "vitamina D3": que tampoco tiene actividad biológica, pero es un paso imprescindible para que posteriormente el hígado (y el riñón) transformen esta vitamina D3 en formas biológicamente activas.
Cuando los rayos ultravioletas entran en contacto con la piel, el 7-dehidrocolesterol se transforma en colecalciferol (vitamina D3). El colecalciferol en realidad tampoco es biológicamente activo, y para activarse debe someterse a dos hidroxilaciones: la primera en el hígado formando 25-hidroxicolecalciferol (calcidiol) y la segunda en el riñón formando 1,25-dihidroxicolecalciferol (calcitriol), que es la forma activa.
También se puede ingerir colecalciferol/D3 en la alimentación, por lo que sin la intervención de la luz solar se pueden tener niveles de vitamina D activa, aunque generalmente insuficientes[1].
Un poco lío, ya lo sé.
Las funciones de la vitamina D son muy variadas, relacionadas con el metabolismo del calcio y del fósforo. Tanto que a menudo se la ha comparado con una hormona.
Notas al pie: