Alguna vez te has preguntado ¿Por qué las enfermedades transmitidas por mosquitos fueron las responsables de que se cancelara el primer intento de construir el canal de Panamá? o ¿Por qué aún son capaces de matar a cientos de millones de niños cada año en África?
¿Ninguna persona ha sido infectada por el VIH como producto de una picadura de mosquito?
La respuesta yace en la naturaleza del mosquito, pero también en la naturaleza del VIH.
Si eres capaz de recordar los primeros casos reportados de SIDA, especialmente, a inicios de la década de 1980, antes de que los mecanismos de transmisión fueran de conocimiento general, el SIDA infundía terror. La gente tenía miedo de comer en los restaurantes, temían nadar en las piscinas e incluso, se horrorizaban de que sus hijos pudieran compartir el aula con algún niño infectado. Haciendo memoria, hoy parece imposible que se presentaran casos como el de Ryan White [3], un niño de 13 años que contrajo la infección como resultado de una transfusión sanguínea en 1984, a quien no le fue permitido regresar a clases debido al temor de los padres de familia. El miedo perduro hasta la década de los 90’s.
La estrella de los Lakers, Magic Johnson, revelo que tenia SIDA y se retiró inmediatamente en 1991. Pero salió de su retiro en 1992 para un juego con todas las grandes estrellas de la NBA. Durante una celebración por un tiro de media cancha, todos los jugadores acudieron para darle un abrazo – uno a la vez -. Las expresiones de muchos de ellos fueron inconfundibles, decían: “no quiero abrazar a este sujeto.” Otros jugadores revelaron a la prensa que no querían marcarlo durante el juego.
El miedo generalizado a ser infectado ha ido disminuyendo, gracias a un mejor entendimiento de los mecanismos de transmisión y el desarrollo de drogas más efectivas para tratar la enfermedad.
Pero la palabra “miedo” no hubiera sido suficiente para describir el sentimiento de saber que la enfermedad era transmisible por una picadura me mosquito, por suerte, el miedo solo se limitaba a pinchazos desafortunados con agujas infectadas. Después de todo, podemos ver sangre cada vez que aplastamos un mosco contra a pared. No sería difícil esparcir el pánico si alguien hiciera correr la voz con el mito de que los mosquitos transmiten el VIH.
Pero tuvimos “suerte.” La conclusión de que los mosquitos no transmiten el VIH se hizo saber bastante rápido. Si no fuese así, los reportes de casos de infección se repartirían equitativamente en todas las poblaciones expuestas a las picaduras de mosquitos, en lugar de concentrarse en dos grupos principales – homosexuales y usuarios de drogas inyectables -.
Muchas otras enfermedades son transmitidas por mosquitos (Tabla 1), y son horribles. Podemos observar que, con excepción de una, todas son de origen viral. Así que, ¿Por qué el VIH no es transmisible por la picadura de mosquito?
Tabla 1. Ejemplos de enfermedades transmitidas por los mosquitos.
El virus no tiene en donde resguardarse en el interior del mosquito. La característica que lo hace tan peligroso para las personas, su afinidad con las células T en la sangre – también lo deja “desarmado” en el interior del insecto, el cual no tiene células T humanas -. El mecanismo de acción del VIH consiste en penetrar las células T y esconderse en su interior. Si no puede esconderse, el virus expuesto será digerido por las enzimas en las entrañas del mosquito.
Esto no significa que otros virus no puedan proliferar en el interior de los mosquitos, la fiebre amarilla y el dengue pueden replicarse en las entrañas de los mosquitos y transmitirse por medio se la saliva. Lo mismo aplica para Plasmodium, el patógeno responsable de la malaria.
Los mosquitos inyectan saliva cuando se alimentan. Los patógenos capaces de reproducirse en su interior buscaran la forma de migrar hacia las glándulas salivales. Así es como se transmiten este tipo de infecciones. Como el VIH se degrada en el sistema digestivo del mosquito, este no puede migrar hacia las glándulas salivales y, por ende, no puede ser transmitido.
Además, el VIH no es tan contagioso, si lo comparamos con otros virus, como la influenza, el sarampión y el norovirus, los cuales requieren muy pocas partículas para iniciar una infección. Por ello, si una pequeña cantidad de virus lograran sobrevivir en el interior del mosquito, aun así, no serían suficientes como para iniciar el proceso de infección.
Podrá sonar extraño el afirmar que tuvimos “suerte” con el VIH, más aún cuando consideramos que 35 millones de personas han muerto de SIDA.[4] Pero pudo ser peor. Antes del desarrollo del Saquinavir, la primera droga exitosa para el tratamiento del SIDA, la cual fue aprobada en 1995, la tasa de mortalidad del VIH era del 100%.
Si los mosquitos hubieran sido capaces de transmitir el VIH, el periodo de 14 años entre los primeros casos identificados y la aprobación de una medicina efectiva para su tratamiento, pudo ser un escenario postapocalíptico.
Si vamos un poco más lejos, es irónico que lo que hace al VIH tan letal es lo mismo que evita que se esparza por todos lados sin control. Los virus son entidades fascinantes.
[1] Josh Bloom [2] “Aggressive biter” mosquito species plagues Quad Cities [3] Who Was Ryan White? [4] Global Statistics [5] Why Is HIV Not Spread By Mosquitos?