El alivio y la curación de todo tipo de dolor o enfermedad es posible con terapia neural, “terapia del dolor” sin fármacos. Jamás hace daño y no tiene efectos secundarios. Es el resultado de las investigaciones de varios premios nobel y fisiólogos de reconocimiento mundial. La procaína es un anestésico local que, aplicado con fines terapéuticos, se ha convertido en el tratamiento de más éxito en todo el mundo.
Esto se debe a que con la TERAPIA NEURAL se estimulan TODAS LAS ACCIONES QUE EL PROPIO CUERPO POSEE PARA AUTOCURARSE, en otras palabras: el cuerpo de cada paciente tiene la capacidad de autodefenderse, autocurarse, mantenerse sano (mantener su circulación, su respiración, sus articulaciones, su columna, sus huesos, su aparato digestivo, sus hormonas, su cabeza, sus ojos, sus oídos, su corazón, su hígado, sus menstruaciones, su próstata, sus defensas, sus músculos, su estado emocional y todas las partes de su cuerpo sano, es decir, MANTENER LA HOMEOSTASIS, que son todas las actividades que el cuerpo realiza por sí mismo para permanecer sano), pero a veces llega el dolor o la enfermedad porque algunas de estas actividades no están funcionando bien, entonces, la Terapia Neural PUEDE CORREGIR ESTE “FALLO” y devolver la salud.
Nuestro cuerpo está formado en su totalidad por tejido conjuntivo, que es la piscina en la cual nadan todas y cada una de nuestras células, es decir, la piel es tejido conjuntivo con células de piel, el corazón es tejido conjuntivo con células cardíacas, los huesos son tejido conjuntivo con células óseas y así todas las partes de nuestro cuerpo. Ahora bien, entre las células se encuentra nuestro sistema nervioso, formando una inmensa red interconectada entre sí, e interconectando con todas y cada una de partes del cuerpo. Aclaremos esto: imaginemos una gigantesca piscina en donde están metidos millones de personas, cada una de ellas cumpliendo la función que les fue encomendada; así, los arquitectos haciendo lo que les corresponde, los abogados haciendo lo suyo, los médicos, los albañiles, los estudiantes, los electricistas, etc., todos realizando sus actividades para mantener bien el cuerpo. Pero además, todas y cada una de estas personas, que representan a nuestras células, están cogidas de las manos, formando una inmensa red, al igual que el sistema nervioso que está interconectando todas las partes de nuestro organismo. ¿Qué pasa si algunas de estas personas se sueltan las manos? La comunicación quedaría interrumpida, apareciendo los DOLORES Y LAS ENFERMEDADES debido a que el sistema nervioso, que es el encargado de que las células, tejidos, órganos y sistemas funcionen adecuadamente, ya no lo pueden hacer porque se han DESCONECTADO (se soltaron las manos). Con la Terapia Neural podemos reconectarlas y conseguir el alivio o la curación de la mayor parte de dolores y enfermedades.
Nuestro cuerpo actúa por acción refleja como lo explica el Premio Nobel Pávlov, es decir, que cuando una parte del cuerpo se ha DESCONECTADO produce una alteración no precisamente en el sitio desconectado sino que se daña otro lugar del cuerpo. Pongo un ejemplo sencillo: si usted tiene una lámpara con su bombilla encendida y el cable de luz está conectado a la red eléctrica y cortamos en algún lugar el cable, la luz se apaga, si desea que la luz vuelva, tendrá que encontrar el sitio del cable donde se DESCONECTÓ Y CONECTARLO (porque éste es el verdadero motivo y el lugar en donde está el mal, la enfermedad) de nada le servirá cambiar la lámpara o la bombilla porque ahí no está el daño, aunque ese sea el sitio en donde aparece el dolor o la enfermedad. Es decir, el cable cortado es la causa de la enfermedad, pero aquí no duele y el lugar del cuerpo en donde se apaga la luz es el que se manifiesta con dolores y enfermedades. Con la Terapia Neural conectamos o unimos el cable cortado, que es el verdadero sitio enfermo, encendiendo la luz y, por tanto, curando el lugar del cuerpo en donde aparece el dolor o la enfermedad. Este es uno de los grandes motivos del por qué la medicina convencional no puede curar tantos dolores y enfermedades, ya que siempre intentan reparar la “lámpara o la bombilla” que es el sitio en donde el paciente manifiesta su afección, cuando la verdadera causa del mal está en “el cable cortado”.
En medicina, salvo destacadas excepciones, los tratamientos suelen realizarse de la siguiente manera: supongamos el caso de que a los pacientes les duela el hombro, quieren curarle el hombro. Es decir, la historia clínica, la exploración o examen físico, los estudios radiológicos y los demás análisis se realizarán sobre el sitio del dolor, y probablemente el tratamiento vaya dirigido al hombro. Lo mismo puede ocurrir en el caso de los dolores musculares, la actuación médica estará encaminada casi exclusivamente sobre aquellos músculos dolorosos; si les duele una articulación el tratamiento estará encaminada hacia aquella articulación, y de esta manera serán tratados la mayor parte de dolores o enfermedades.
Tratados los pacientes de esta forma, son pocas las posibilidades de alivio o curación debido a que, «en más del 70% de los casos», la causa de ese dolor o de esa enfermedad (el campo interferente) está en un lugar distinto al del dolor o de la enfermedad. Sin embargo, en un porcentaje bajo de pacientes, es posible que el daño esté localizado en la lámpara o bombilla y no exista ningún cable cortado, es decir, el daño que causa el dolor o la enfermedad, se encuentre en el mismo lugar del cuerpo en donde se manifiesta el dolor o la enfermedad. Entonces, en este caso, al actuar en el sitio del dolor o enfermedad, existe la posibilidad de conseguir el alivio y/o la curación.
Lastimosamente, esto sólo ocurre entre un 20% o un 30% de los dolores o enfermedades, los demás pacientes, el 70%, pasan a la lista de los ¡crónicos y/o incurables!, y a ingerir, probablemente, muchos fármacos.
El funcionamiento por «acción refleja» de nuestro organismo, es algo que conocemos todos los médicos, porque fue descubierto hace muchos años por médicos galardonados con Premios Nobel.
Esta red nerviosa es la que realiza todas las actividades que el cuerpo necesita para autocurarse, no existe ninguna actividad que se realice en el ser humano y que sea desconocida para el sistema nervioso y el tejido conjuntivo. Los tratamientos realizados correctamente por médicos expertos en terapia neural, son respondidos favorablemente por el NEUROVEGETATIVO (la red nerviosa) POR CUYAS VÍAS CORREN LOS CAMINOS QUE LLEVAN HACIA LA CURACIÓN.
ESTA MEDICINA CIENTÍFICA jamás hace daño, no posee efectos secundarios siempre que esté bien realizada por un profesional médico especialista en Terapia Neural. Los tratamientos de esta medicina es siempre bien recibida por cualquier ser humano, sean niños, jóvenes, ancianos o embarazadas sin importar la edad de gestación.
Todo esto, que le parecerá increíble, lo conseguimos gracias a la procaína en diluciones muy bajas. Hace 90 años, médicos alemanes le pusieron el nombre de El MEDICAMENTO IMPERIAL y así es como fue aceptado por la seguridad social en Alemania. La procaína fue descubierta hace 110 años como un anestésico local que no sirvió para anestesiar (por eso no se utiliza en medicina con tales propósitos), pero le daba al neurovegetativo (a nuestra red nerviosa) el empuje para que realice la función que le fue encomendada, mantener el cuerpo sano. Sólo por poner una comparación. Cuando una persona recibe una vacuna, le introducen un virus, esto hace reaccionar al cuerpo inmediatamente formando anticuerpos para combatir a ese virus que es un agente infeccioso que acaba de entrar en su cuerpo. De forma parecida cuando el paciente recibe la acción de la procaína diluida, el cuerpo pone en marcha todas las facultades que tiene para autocurarse y es así como podemos aliviar y curar la mayor parte de dolores y enfermedades y no hace daño porque es el propio cuerpo el que hace todo el trabajo y él no está hecho para hacerse daño a sí mismo.
Cuando atiendo a cada uno de mis pacientes en mi consultorio, mi principal inquietud es llegar a comprender, ¡qué le paso al cuerpo de la/el paciente para que su propio cuerpo “grite” a través del dolor o de la enfermedad!
Esta pregunta que me hago es de suma utilidad para conseguir la efectividad en el tratamiento y, de esta manera, obtener el consiguiente alivio y la curación de muchos dolores y enfermedades.
Y cómo llego a comprender, ¿qué le paso al cuerpo de mis pacientes para que se desencadene el dolor o enfermedad?
En la terapia neural lo conseguimos a través de la historia clínica biológica, preguntando cronológicamente, todos aquellos «acontecimientos» que les ocurrió en el transcurso de la vida y que muchos de ellos suelen pasar desapercibidos, sobre todo, porque creemos que eso no tiene importancia; pero no es así, muchas veces pueden ser vitales todos aquellos golpes, heridas, quemaduras, abscesos, eccemas, infecciones, inflamaciones, cirugías, partos complicados, fracturas, contracturas, cicatrices, mordeduras, arañazos, laceraciones, alergias, afecciones de la dentadura, traumas emocionales que terminan alterando la homeostasis y, además, por un sin número de «acontecimientos», que nos pudieron haber ocurrido en cualquier momento de la vida y en cualquier parte u órgano de nuestro cuerpo.
También, es posible que nuestro cuerpo no funcione adecuadamente, debido a que existen centros nerviosos alterados, descoordinados con los nervios del resto del cuerpo y que necesiten ser estimulados para reactivarlos y coordinarlos nuevamente. O como se diría en términos informáticos, necesitan ser receteados y esto se puede lograr mediante más de 200 técnicas medico-científicas que la terapia neural posee para sus tratamientos.
La Terapia Neural es una medicina que deberían aprender y practicar todos los médicos de todas las especialidades. ¿Por qué? Porque no hay ningún ámbito de la medicina que no se beneficie de esta científica medicina.
Terapia del dolor