16 Dec
16Dec

Los pies son una estructura perfectamente diseñada para que podamos caminar manteniendo el equilibrio, pero no solo nos sirven para eso, también nos conectan con la energía de la tierra a través de determinados receptores que se encuentran en la planta. El más importante es el primer punto del meridiano de riñón, que se sitúa en el centro de esta por debajo de la almohadilla del pie. En la práctica del Chi Qung o del Tai Chi, se aprende a subir la energía del cuerpo a través de esa zona utilizando la respiración. 

En los pies existen determinados receptores nerviosos capaces de estimular la homeostasis de todo el cuerpo cuando se presionan, son los puntos reflejos.

Nuestra forma de pisar cuando caminamos está influyendo sobre las articulaciones de rodilla, cadera y columna vertebral, por tanto, si no apoyamos correctamente, con el paso de los años podemos perjudicarlas.

Cuando el bebé comienza a andar conecta con la tierra de una forma especial, normalmente les gusta caminar descalzos, al principio es bueno, para que toda la planta del pie se apoye en el suelo. Esta, tiene una serie de neuronas receptoras de presión que mandan información a determinadas áreas del cerebro y cerebelo para que cada vez sea más fácil mantener el equilibrio, sin necesidad de estar ensayando la pisada. Una vez que el cerebelo aprende el movimiento es capaz de repetirlo automáticamente. Sus piernas también se van enderezando y adquiriendo la fuerza necesaria para mantenerlo erguido.

Si nos fijamos en la huella que deja el pie del niño que empieza a caminar vemos que representa toda la planta, sin las curvas características que tienen los pies en los niños más mayores o en los adultos, donde se observa el arco, que representa la columna vertebral a nivel reflejo.

Cuando aparece un problema en los primeros años, como que el pie se quede plano, puede deberse a que los ligamentos que sujetan la estructura del arco no sean lo suficientemente fuertes, por lo que conviene ejercitarlo e incluso utilizar plantillas específicas que le ayuden a caminar correctamente.

Cuando es al revés, el niño empieza a caminar de puntillas, haremos ejercicios que le ayuden a apoyar todo el pie.

Hace varios años acudí a una conferencia que daban los Institutos Fay de estimulación multisensorial, para tratar a niños que nacían con problemas cerebrales. Principalmente estaba dirigido a los padres, para mostrarles que hay diferentes técnicas capaces de estimular al cerebro para crear nuevas conexiones y ayudarle a sacar todo el potencial. Cuanto antes se empiece la terapia mejor, porque el cerebro se desarrolla más rápidamente de 0 a 7 años y es cuando más se le puede ayudar; después, hasta el final de la adolescencia, sigue creando nuevas redes neuronales, pero más lentamente; en el adulto, aunque se siguen creando conexiones, el proceso es mucho más lento.

Cuando nos pidieron que nos pusiéramos en el suelo a gatear como los bebés, muchos de nosotros descubrimos que no sabíamos hacerlo correctamente. Nos mostraron la importancia del gateo, ya que es el que nos ayuda a coordinar los dos hemisferios cerebrales en los movimientos y diferenciar bien la derecha de la izquierda, de lo contrario podemos tener problemas de lateralidad, no distinguiendo cuál es una u otra.

Llega un momento en el que todos los movimientos que necesitamos realizar para caminar, subir escaleras, o saltar, se hacen de forma automática, no se piensan. Es el momento en el que el cerebelo ha aprendido cómo tiene que mover las piernas o a que altura subirlas para no tropezarse. Lo mismo sucede cuando se trata de los movimientos automáticos que hacemos con las manos para coger un objeto, o adquirir destreza para desarrollar labores manuales.

Cuando se sufre una lesión importante del sistema nervioso central que tiene inmovilizada a la persona durante mucho tiempo, en la rehabilitación tendrá que aprender a realizar todos los movimientos de nuevo, lo que conlleva tiempo y esfuerzo.

Hace unos años traté con reflexoterapia podal a una clienta que tenía un problema grave en el cerebelo, caminaba con mucha inestabilidad y cuando se abrochaba los botones de la blusa tenía que hacerlo mirándose en un espejo porque si no era incapaz, había perdido la destreza para hacerlo automáticamente. Estuve trabajando con ella varias sesiones y consiguió recuperar parte de la estabilidad y lo más importante es que fue capaz de abrocharse los botones sin necesidad de mirarlos.

A lo largo de estos años he trabajado con varias personas que padecían esclerosis múltiple, muchos de ellos mejoraron de algunos de los síntomas que les provocaba la enfermedad: inestabilidad en la marcha, incapacidad para enfocar bien los ojos (afecta a los nervios oculomotores), problemas de micción (no orinar correctamente), o estreñimiento. Aunque la enfermedad no se va a curar, si se mejora la calidad de vida.

Otro de los aspectos que se puede tratar a través de los pies es la parte emocional, muchas personas saben que los miedos las paralizan a la hora de hacer muchas cosas, pero no saben por qué. La técnica metamórfica trabaja sobre ello, ya que conecta con los nueve meses de gestación y los patrones que aprendemos en el vientre materno o durante la infancia. Una parte crucial del tratamiento metamórfico es el momento del nacimiento, ya que ahí afloran todos los miedos de la madre. Dependiendo de cómo se desarrolle el parto, la persona puede sufrir a lo largo de la vida bloqueos importantes ante situaciones que impliquen cambios.

En nuestros pies se refleja tanto lo físico como lo emocional, ya que uno no puede separarse de lo otro.

Hace tiempo tuve una experiencia muy bonita en un instituto de “Garantía Social”. A él asistían los alumnos que por distintas razones no habían completado sus estudios de secundaria e iban a aprender una formación profesional para conseguir titularse. Me ofrecieron impartir un taller de reflexoterapia podal a las alumnas de peluquería y estética para que vieran algo distinto a lo que venían haciendo hasta ese momento, que era maquillaje, pero ¿qué chica de 17 o 18 años no prefiere aprender a maquillarse?

El primer día, cuando les expliqué que tendrían que practicar entre ellas, una me dijo:

“Jo profe, ¡qué asco tocar pies!”

Cuando pedí una voluntaria para mostrar cómo se hacía el masaje, le dije a ella que se pusiera. Empecé a trabajar y le fui diciendo según los puntos reflejos que le molestaban, los dolores que tenía y las enfermedades que había pasado. Se quedó tan impresionada que fue una de las alumnas que más atención prestó.

Cuando terminó el curso me dijeron que al principio habían pensado que aquello no les iba a gustar nada, pero después les había parecido tan increíble que de todos los cursos extracurriculares que habían recibido era el que más les había gustado, y me dieron las gracias por haberlas enseñado.

Los pies son maravillosos, tienen la gran capacidad no solo de equilibrarnos cuando caminamos, sino también de despertar en todo el organismo la homeostasis a través de las zonas reflejas que se proyectan en ellos. 

Llevo casi treinta años haciendo reflexoterapia podal y sigo aprendiendo e investigando otras formas de llevar al máximo su capacidad de regular al cuerpo, de ahí que en los últimos años esté desarrollando la técnica de liberación fascial a través del pie. Aún no se sabe todo lo que se puede llegar a conseguir.

Cuando encuentras aquello que de verdad te apasiona no dejas de crecer en ello.

Carmen Benito
Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.
ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO