05 Nov
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El consumo de cerveza en España alcanzó un récord en 2018, al superar por primera vez los 40 millones de hectolitros, según el Informe Socioeconómico de la Cerveza de 2018. A pesar de todas las disputas que hay en nuestro país, la mayoría de los habitantes de la Península Ibérica estamos de acuerdo en una cosa: nuestro amor por la cerveza.

El problema viene cuando quieres adelgazar y el alcohol puede impedir tonificar tu cuerpo. Ahora un nuevo estudio -(español tenía que ser) muestra que consumir esta bebida fermentada regularmente podría no influir en los resultados de la composición corporal de quienes realizan cierto ejercicio.

Antes de seguir adelante con este tema, cabe destacar que el consumo de alcohol no es recomendable (por lo general) en ninguna circunstancia, como explica a El Confidencial Iñaki Elío, director del Grado de Nutrición Humana y Dietética de la Universidad Europea del Atlántico.

Un estudio midió la evolución de dos grupos de población: uno que realizaba ejercicio de alta intensidad y otro que pasaba más tiempo en el sofá.

El informe, publicado en la revista 'Nutrients', recopila los datos de 72 personas cuyos avances fueron controlados durante diez semanas. Los participantes se dividieron en dos grupos: los que comenzaban a entrenar con ejercicios de alta intensidad y los que preferían su sofá. Mientras que los del grupo que no entrenaban tuvieron que beber alcohol por el bien del estudio, aquellos que estaban en el otro pudieron elegir si querían o no.

Durante cinco días a la semana los hombres deportistas bebieron un vaso de su bebida asignada con el almuerzo y otro en la cena, y las mujeres bebieron solo uno en la cena. Respecto a las sesiones de entrenamiento, tuvieron lugar dos días a la semana (entre 40 y 65 minutos por semana) con una tasa de esfuerzo percibido (RPE) de 8 o más en una escala de 1 a 10, en otras palabras, a una intensidad muy difícil.

Los integrantes del grupo de entrenamiento, incluso si bebían alcohol, perdieron grasa corporal y ganaron masa muscular.

Los investigadores midieron la composición corporal de todos (masa corporal, circunferencia de la cintura, relación cintura/cadera, grasa abdominal y densidad mineral ósea) al comienzo y al final del período de estudio de 10 semanas.

Esto es lo que descubrieron: ninguno de los grupos experimentó cambios negativos en la composición corporal. Además, todas las facciones del grupo de entrenamiento, incluso si bebían alcohol, perdieron grasa corporal y ganaron masa muscular.

Por qué el alcohol no altera sus cuerpos

La pregunta que se están haciendo muchos lectores ahora mismo es: ¿Por qué el alcohol no interfirió en los cambios físicos? La respuesta la da a 'Runner´s World' Amy Goodson, especialista en dietética deportiva: "Todo se reduce a las calorías totales, a cuántas están ingiriendo versus cuántas están quemando".

"Los cambios en la composición corporal generalmente tienen lugar con la mejora de los patrones dietéticos y una rutina de ejercicios. El alcohol puede ser parte de un patrón dietético saludable, pero debe estar dentro de las necesidades calóricas totales de cada persona", apunta. "Muchas veces, cuando las personas consumen alcohol, con o sin ejercicio, y no tienen en cuenta las calorías adicionales, se produce un aumento de peso que trae consigo efectos negativos en la composición general del cuerpo", destaca.

No analizaron la forma de comer de los participantes. A pesar de que cuando empezaron a ejercitarse también mejoraron su dieta

No debemos pasar por alto que el estudio no analizó cómo estaban comiendo los participantes durante este tiempo: con frecuencia, cuando las personas comienzan un nuevo programa de ejercicios, también empiezan a comer de manera más saludable. Si este fuera el caso entre los participantes, eso podría desempeñar un papel en la mejoría de la composición corporal. Comer mejor podría haberles dado un poco más de margen de maniobra para bajar calorías.

Además, como señala Goodson, el estudio incluyó individuos que previamente no habían hecho estos ejercicios, "por lo tanto, es probable que las mejoras en la composición corporal y la masa muscular se debieran al inicio del programa de entrenamiento, no relacionado con la ingesta de alcohol".

La conclusión, sintiéndolo mucho, es que beber cerveza por sí sola no lo ayudará a quemar grasa ni a desarrollar músculo, lo importante para esto es la dieta y el ejercicio. En esta línea apunta el estudio español que señala que la moderación es la clave: la gente puede vivir una vida normal si entrena.

A los que decidieron beber se les asignó una cerveza al azar (una lager de 5.4%) o agua con gas mezclada con vodka. A los que eligieron no hacerlo se les asignó cerveza sin alcohol o agua con gas. Cabe destacar que cada vez más personas se suman a tomar esta bebida en su versión 0,0 para evitar las calorías que tiene, prueba de ello es que las empresas, como Mahou, están sacando nuevas versiones de botellines para este público.

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