PCR son las siglas de proteína C reactiva, esta proteína es producida por el hígado, macrófagos, tejido adiposo… Pero principalmente el hígado, en respuesta a la inflamación/infección.
La PCR es un marcador inflamatorio inespecífico, que se solicita ante una multitud de enfermedades. En la mayoría de los casos para valorar la actividad y hacer posterior seguimiento del control de la enfermedad, junto con la evaluación de otros marcadores.
La PCR es un marcador inflamatorio sistémico, esta proteína se sintetiza por el hígado en respuesta a la inflamación/infección sistémica o sin ser sistémica cuando esta es importante, como en las quemaduras.
Es un reactante de la fase aguda. Esto quiere decir, que se produce en los primeros días tras el insulto orgánico, siendo un marcador relativamente temprano de la inflamación.
La PCR por sí misma no nos dice nada. Es necesario encontrar otras alteraciones analíticas o signos /síntomas clínicos que justifiquen su elevación. Además, de orientarnos en la búsqueda de la causa.
La PCR elevada de forma aislada, en varias determinaciones, nos obliga a buscar una patología oculta, puesto que no es habitual que su elevación se mantenga en el tiempo, sobre todo cuando no existe una causa que la justifique.
La PCR o proteína C reactiva es un reactante de la fase aguda que se sintetiza en el hígado.
Esta proteína circula por el plasma respondiendo a la lesión tisular y a la infección, su principal función es favorecer la activación del complemento en la lucha contra los procesos inflamatorios/infecciosos, con el fin de facilitar la neutralización y fagocitosis por parte de los macrófagos… que tiene receptores específicos para la PCR.
Los niveles más altos los encontramos en las primeras 24-48 horas tras el insulto, para mantenerse elevada durante, por ejemplo… el proceso infeccioso y posteriormente, conforme se resuelve la injuria, sus niveles se van normalizando.
Realmente los valores altos de PCR, sobre todo en circunstancias aisladas, nos empuja a realizar una buena anamnesis y exploración física, pero poco más… no justificaría pruebas complementarias extra salvo… La repetición del análisis de sangre junto con orina y sedimentos, para valorar si los niveles se mantienen altos.
Esto es debido a que cuadros banales infecciosos pueden inducir una respuesta inflamatoria con elevación de la PCR.
Cabe destacar, que no se dará importancia a estas elevaciones aisladas, siempre y cuando no se mantengan en el tiempo o sus niveles no sean excesivamente altos.
Realmente casi todos los procesos patológicos pueden elevar la PCR, pudiendo destacar:
Se ha observado en diferentes estudios la relación entre los niveles altos de PCR con la diabetes mellitus, el síndrome metabólico y la patología cardiovascular, es por esto… que se está evaluando en la actualidad su manejo y control, para la valoración pronóstica del desarrollo y progresión de estas enfermedades.
De forma general… podemos contemplar los niveles elevados de PCR como un marcador que indica una alteración en la función orgánica de carácter inflamatorio/infeccioso, altamente inespecífico, que siempre requerirá de un estudio más profundo si se quiere averiguar la causa de la elevación de la PCR.
Los niveles normales de PCR en sangre cambian según los diferentes laboratorios, pero se consideran dentro de lo normal niveles de PCR en sangre inferiores a los 10 mg/L.
Además, en la actualidad se está empezando a utilizar la PCR ultrasensible como factor de riesgo cardiovascular, debido a la implicación de sus niveles en el riesgo y pronóstico.
Según la AHA los resultados de la PCR se clasifican en:
Para medir los niveles de PCR en sangre es suficiente con una extracción de sangre rutinaria, donde se especificará por parte del médico la medición de los niveles de PCR, junto con otros reactantes de la fase aguda como puede ser la VSG, entre otros…
Una vez obtenidos los resultados se deberán interpretar y contextualizar, pues como hemos dicho es un marcador inflamatorio inespecífico.
La mejor forma de controlar los niveles de PCR es por medio de la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad. Interviniendo por medio de una dieta equilibrada rica en antioxidantes, ejercicio físico diario, higiene de sueño, etc. Son medidas generales las que se pueden tomar, ya que no existe ningún fármaco específico que reduzca los niveles de PCR.
Para más información es importante contactar con un profesional que nos pueda asesorar de forma adecuada e indicar si nuestros niveles de PCR están alterados y deben ser tratados de alguna forma.
Fundación René Quinton