06 Jul
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El aguacate es considerado la fruta del momento, dado el gran conjunto de peculiaridades en cuanto a macro y micronutrientes que aúna en sí mismo. Desde su potencial saciante hasta el gran conjunto de grasas saludables que contiene, sin olvidar todos los micronutrientes que aporta: potasio, magnesio, ácido fólico o vitamina B9, vitaminas A, C y E, cierta cantidad de proteínas y fibra. No solo puede comerse en crudo sin ningún otro alimento asociado, sino que tanto en su forma sólida como en forma de guacamole puede usarse en multitud de platos.

El aguacate es un alimento altamente calórico en comparación con otros productos de origen vegetal, por lo que es una excelente idea sustituirlo como plato principal frente a otras comidas ricas en hidratos de carbono y proteínas. A cambio, nos aportará grasas "en su mayor parte insaturadas (monoinsatuaradas), destacando en particular el elevado contenido en ácido oleico", subraya la Federación Española de la Nutrición (FEN). Esto mantendrá a raya al LDL, el 'colesterol malo', reduciendo el riesgo cardiovascular. El potasio, el principal mineral que aporta, completa su acción cardioprotectora.

También encontraremos en el aguacate la vitamina E, de efecto antioxidante, e incluso un 'ingrediente secreto', la avocatina B, un compuesto antiinflamatorio que evita los picos de azúcar en sangre y que, junto a los otros antioxidantes naturales que contiene como la luteína, controla la obesidad. Esto, sumado a la fibra alimentaria que beneficia a la microbiota intestinal, mantiene a raya a enfermedades metabólicas como la diabetes de tipo 2

Sin embargo, hay algo que prácticamente todo el mundo está haciendo mal: desechar la parte más saludable del aguacate. Y no, no es la cáscara, sino la semilla interior o hueso del aguacate. Así lo sugiere un trabajo realizado por Debasish Bandyopadhyay y cuatro de sus estudiantes de la Universidad de Texas, publicado por parte de la American Chemical Society en 2017.

Bandyopadhyay y sus alumnos machacaron unas 300 cáscaras de semilla de aguacate secas, transformándolas en más de medio kilo de polvo de semillas. Posteriormente, dicho polvo se analizó y detectaron que contendría entre 20 y 30 gramos de aceite de cáscara de semilla y aproximadamente unos 30 gramos de cera de cáscara de semilla. Finalmente, estos compuestos se sometieron a un análisis de cromatografía de gases y espectrometría de masas.

Como resultado, se encontraron hasta 116 compuestos diferentes en el aceite de la cáscara y hasta 16 compuestos diferentes en la cera de la cáscara.

Por un lado, entre los compuestos del aceite de cáscara se detectaron algunas sustancias esenciales para la fabricación de ciertos fármacos antivirales, además de sustancias capaces de prevenir el crecimiento de células tumorales (como el heptacosano) y sustancias que reducirían el riesgo de aterosclerosis. Por otro lado, entre los compuestos de la cáscara habría sustancias con un papel crucial en la creación de ciertos cosméticos y en la flexibilidad del plástico.

Los secretos saludables del hueso (semilla)

Según comenta Bandyopadhyay, en realidad estaríamos desechando la mejor parte del aguacate, dado que tendría el potencial suficiente para crear compuestos capaces de tratar enfermedades como el cáncer, patologías cardíacas y diversos tipos de infecciones.

Solo En Estados Unidos, se calcula que se consume casi una tonelada de aguacates cada año. Eso implicaría desechar, de la misma forma, cientos de kilogramos de semillas de aguacate, que acabarían en la basura en lugar de formar parte de fármacos a un bajo coste.

Así mismo, cabe recordar que el aguacate como alimento denso nutricionalmente, dejando de lado la semilla y sus desconocidas propiedades, también es digno de destacar. Por un lado, 100 gramos de aguacate contienen alrededor 160 kcal, de las cuales 15 gramos son grasas saludables. De hecho, su contenido graso ha llegado a conocerse como "grasas cardiosaludables", por su potencial para regular los niveles de colesterol, según la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA). Por otro lado, también se han detectado acciones antiinflamatorias, protección contra la diabetes y potencial para mejorar la salud intestinal y el control del peso.

Si bien es cierto que es un alimento denso a nivel calórico, sobre todo en comparación con otras frutas y verduras, su potencial saciante impide que colabore en la ganancia de peso.

La palta o aguacate no genera aumento de peso

Como el resto de frutas, los aguacates no solo no engordan, sino que protegen contra la obesidad y el sobrepeso. Lo han señalado a lo largo de este tiempo distintos estudios científicos. Uno de los últimos metaanálisis realizados a este respecto fue publicado el pasado mes de marzo en la revista Nutrients. En los resultados del estudio se puede leer: "Los consumidores de aguacate que tenían un peso normal al inicio del estudio ganaron significativamente menos peso que los no consumidores". 

No es, ni mucho menos, el único estudio que ha encontrado evidencias de que el aguacate ejerce un efecto protector contra el sobrepeso. Ya en 2013 otro trabajo publicado en la revista Critical reviews in food science and nutrition llegó a unas conclusiones similares: “Los estudios exploratorios sugieren que los aguacates pueden apoyar el control del peso y el envejecimiento saludable”.


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