31 Mar
31Mar

Tu actitud ante la salud es algo de vital importancia. Siempre has de mantener una actitud positiva y no dejarte vencer por aquello que te ha hecho enfermar.

No siempre resulta fácil hacerlo, pero esto que te vamos a contar te será de ayuda.

Cuando sientas que estás enfermando, habla a tus células con profundo enternecimiento, pídeles que hagan su trabajo y que restauren su función a nivel óptimo.

Háblales de forma calmada y con el tono que consideres más apropiado, ya sea como una madre amorosa o como un padre estricto.

Pero sea cual sea el tono elegido, hazlo de forma suave, como si hablaras a tu propia madre, a tu hijo, o a cualquier persona a la que amas, ya que la clave está en el amor.

Puedes decirles algo como:

“Volved mis amadas células a vuestro centro, recobrad ahora mismo vuestra más alta perfección, restaurad ahora mismo el perfecto mapa de nuestro diseño inicial. Recuperad la luz que más brilla, la de vuestra marca completa y exacta. 

Os amo, pequeñas y os agradezco que aquí, en este momento, recibáis mi amor y que restauréis todo lo que merezco, que mi ser recupere todo su brillo.”

Al mantener insistentemente ese sentimiento de estima y aprecio, creas lo que se llama coherencia con el magnetismo de tu corazón, y al conectar con el campo de vibración del universo, éste te responde si le has hablado en su mismo lenguaje: el emocional.

Tus células recibirán tu mensaje, notando el tono con el que les has hablado y vibrarán felices al darle cobijo al amor que llevas en tu pensamiento, y en agradecimiento a tu tono amoroso, te responderán apresurando su curación.

Habla a tus células con cariño, y mientras lo haces, siente que ya estás sanando, que te encuentras en perfecto estado y que todo tu cuerpo está esclarecido.

Deja que tu voz transmita ese amor a todo tu cuerpo y verás que todo es posible.

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