31 Jul
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La infección por Helicobacter pylori afecta a alrededor del 50% de la población mundial y desempeña un papel fundamental en el desarrollo de diversas enfermedades digestivas como la gastritis crónica, la úlcera péptica y el cáncer gástrico, por lo que un diagnóstico adecuado y un tratamiento eficaz son esenciales en la práctica clínica. El tratamiento erradicador de Helicobacter pylori ha supuesto una auténtica revolución en gastroenterología, ya que cicatriza la úlcera péptica y permite su curación definitiva.

Tratamiento de la infección por Helicobacter pylori

La infección por Helicobacter pylori se debe tratar ante:

  1. Todos los casos de úlcera gástrica y duodenal activa, y en aquellos pacientes con antecedentes de úlcera péptica aunque no tengan síntomas en ese momento.
  2. Dispepsia (malestar gástrico con distensión abdominal) en pacientes menores de 55 años sin signos de alarma (sin pérdida de peso, ni anemia ni otros signos que hagan sospechar de gravedad)
  3. Dispepsia funcional (en aquellos pacientes en los que se ha realizado pruebas en las que no se ha evidenciado ninguna patología)
  4. Pacientes con antecedente de úlcera y que requieren tratamiento con AINES o AAS de manera continuada
  5. Linfoma MALT gástrico de bajo grado
  6. Resección quirúrgica o endoscópica de un cáncer gástrico (para disminuir el riesgo de recidiva de la neoplasia)
  7. Familiares de primer grado de pacientes con cáncer gástrico
  8. Atrofia de la mucosa gástrica o metaplasia intestinal
  9. Anemia ferropénica de causa no aclarada
  10. Púrpura trombocitopénica idiopática
  11. Déficit de vitamina B12 no explicable por otras causas

Para erradicar la infección por Helicobacter pylori es necesario combinar tratamiento antibiótico y un protector intestinal. Esta combinación no siempre resulta eficaz debido a la resistencia a los antibióticos y la intolerancia al tratamiento por lo que existen distintas pautas de tratamientos. Actualmente se recomienda una pauta cuádruple que incluye un inhibidor de la bomba de protones (omeprazol) y tres antibióticos durante 14 días.

Probióticos para el tratamiento de la infección por Helicobacter pylori

Por otro lado, sabemos que los probióticos son microorganismos vivos que, administrados en cantidades adecuadas, pueden conferir efectos beneficiosos para la salud. Actualmente Alguna de sus indicaciones son el tratamiento de la gastroenteritis aguda y la diarrea por antibióticos. Los microorganismos más comúnmente utilizados en las formulaciones probióticas son Lactobacillus spp., Bifidobacterium Saccharomyces, así como BacillusStreptococcus Escherichia coli. Sus efectos beneficiosos incluyen la regulación de la microbiota intestinal, la estimulación de la respuesta del sistema inmune. Uno de los efectos que también se atribuye a los probióticos es la capacidad de inhibir el Helicobacter pylori tanto en estudios experimentales (in vitro) como in vivo.

Múltiples estudios han demostrado que el uso de múltiples formulaciones probióticas distintas (Lactobacillus combinado con Bifidobacterium, lactoferrina bovina, fermento lácteo, Saccharomyces boulardii y otras formulaciones probióticas) favorecen la reducción de efectos adversos y, en menor medida, mejoran las tasas de curación con los tratamientos erradicadores. Sin embargo, también se han publicado resultados negativos con el uso de probióticos asociados a la terapia triple. Es probable que estos resultados discordantes estén relacionados con el uso de diferentes cepas y combinaciones de las mismas, así como de distintas concentraciones, dosis y duraciones del tratamiento.

Por otro lado, la inmensa mayoría de estudios publicados sobre probióticos han evaluado su impacto sobre la terapia triple clásica, un tratamiento bien tolerado, con una eficacia insuficiente y que ya no se recomienda como tratamiento de primera línea. Actualmente, no se dispone de ningún estudio que evalúe la utilidad de los probióticos asociados al tratamiento cuádruple concomitante, que es el recomendado en España como primera línea. Como el tratamiento cuádruple es más eficaz, añadir el probiótico no aportaría tanto beneficio y lo haría mucho más complejo (5 fármacos).

A pesar de esto, sabemos que muchos pacientes (pero no todos) presentan efectos secundarios con los antibióticos. Como no podemos identificar previamente qué pacientes presentarán efectos adversos, se puede plantear asociar un probiótico al tratamiento erradicador del H. pylorien aquellos pacientes que no toleran los antibióticos o que previamente han presentado efectos secundarios a estos.

A día de hoy, es necesario disponer de una mayor evidencia acerca del beneficio de los probióticos sobre la eficacia y la seguridad de las nuevas terapias cuádruples erradicadoras frente a H. pylori antes de que puedan ser recomendados de manera general en la práctica clínica diaria. Por ello, por el momento no se recomienda asociar probióticos al tratamiento erradicador de manera generalizada pero si en casos individuales como en aquellos pacientes que previamente han presentado efectos adversos asociados al tratamiento antibiótico.

Bibliografía:

Gisbert JP, et al. IV Conferencia Española de Consenso sobre el tratamiento de la infección por Helicobacter pylori. Gastroenterol Hepatol. 2016.

Lactoflora
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