28 Jul
28Jul

Desde que la electricidad fue descubierta, una variedad de aplicaciones médicas fueron desarrolladas en diagnóstico y tratamiento. Por mucho tiempo, la electricidad ha sido utilizada en terapias contra el dolor. Sus efectos han sido examinados, repetidamente, tanto sobre patógenos en diferentes intensidades, frecuencias y modulaciones, así como sobre el cuerpo humano, en sus diferentes funciones.

Fue hace más de 70 años que Nikola Tesla trabajó en forma completa sobre este tema. Los doctores Royal Rife y Hulda Clark, por mencionar algunos, han investigado cuidadosamente este campo y han obtenido varias conclusiones extraordinarias.

El Dr. Voll en los años 50, observó que la resistencia eléctrica medida sobre la piel es más baja entre los puntos de acupuntura que en otras zonas y que puede variar inmediatamente si el cuerpo recibe algún tipo de información, magnetismo o electricidad. Estas investigaciones, generalmente caracterizados como pruebas bioenergéticas, son efectuados en forma habitual por más de cinco mil practicantes, médicos, dentistas, naturistas, y aún veterinarios en todo el mundo.

Dra. Hulda Clark, quien trabajó por muchos años en investigación pública, desarrolló un uso práctico de este principio. Ella encontró a través de pruebas bioenergéticas, que todos los seres vivos, así como las sustancias orgánicas emiten frecuencias de un ancho de banda determinado. Para lograrlo, utilizó un generador de frecuencias eléctricas que produce señales en forma exacta, pudiendo detectar la presencia de las mismas mediante el fenómeno de resonancia.

Así demostró que cada organismo emite su propia frecuencia en un nivel y banda definido.

Cuanto más desarrollada es la forma de vida, más altas son sus propias frecuencias y más grande el ancho de banda en el cual oscilan. 

Luego obtuvo un hallazgo adicional.

Los micro­organismos no toleran la corriente eléctrica que se aplica en las frecuencias que corresponden a su propio ancho de banda.

También fue posible realizar experimentos relativamente simples sobre pequeños seres vivos como insectos o gusanos que fueron expuestos a corrientes eléctricas muy débiles dentro de su propio ancho de banda. Se pudo observar que estos mueren o se adormecen sin poder recuperarse.

La próxima etapa lógica, fue establecer si este tratamiento podría funcionar en un cuerpo humano.

De este modo, el conocimiento del ancho de banda de un determinado organismo no sólo podría ser usado para detectar la presencia de ciertos virus, bacterias, hongos o parásitos mediante el fenómeno de resonancia, sino también el hecho de poder combatirlos sin riesgos para el ser humano.


Efectuando estas pruebas, se observó que después de dicho tratamiento los patógenos en cuestión dejan de ser detectados, es decir, no se vuelven a detectar mediante el fenómeno de resonancia durante algún tiempo.

Este hecho nos abre una nueva forma de tratamiento.

Un organismo humano cuyo sistema inmune se encuentra demasiado débil para deshacerse de bacterias, hongos o parásitos en cuestión, ahora puede ser “limpiado” exitosamente con la ayuda de un generador de frecuencia.

La Dra. Clark demostró, de manera bien fundada, la relación que existe entre todas las enfermedades y las diferentes cargas parasitarias.

Los parásitos atraviesan varias etapas de crecimiento. A partir del huevo, se desarrollan, hasta llegar finalmente a su crecimiento completo. Otras especies tienen diferentes etapas de larvas. El ataque por parásitos produce un esfuerzo enorme para el organismo, sin embargo no se reconoce en análisis clínicos como mecanismos biológicos extraños en progreso.

En primer lugar, todas estas etapas del desarrollo de parásitos, no se busca en biología o pruebas clínicas dentro del cuerpo humano, dado que de acuerdo a la biología ortodoxa, estos procesos toman lugar fuera del mismo, en huéspedes secundarios como ser mascotas, insectos, caracoles etc.

En segundo término, debido a los límites de las posibilidades de los laboratorios, los estudios clínicos solamente apuntan a las infecciones masivas. Esto significa que los parásitos son detectados sólo cuando ellos aparecen en forma visible en la materia fecal, acompañada por vómitos, fiebre, anemia, etc. Sin embargo, he observado (este es mi descubrimiento), que las metabolizaciones que producen los parásitos contienen sustancias alérgicas, debido a la cantidad de ácidos y proteínas extrañas al cuerpo.

He observado en cientos de pruebas, cómo el organismo es sobre exigido en su lucha contra estas sustancias, aunque este ataque no necesita ser masivo. Solamente unos pocos parásitos o sus etapas de crecimiento son suficientes para iniciar o mantener un proceso patológico en curso. El éxito, con tratamientos mediante bio frecuencias, de afecciones tales como alergia, asma, migraña, cáncer, diabetes, enfermedades reumáticas y problemas de digestión no específicos, por nombrar algunos, puede ser tan impresionante en ciertos casos que alguien podría suponer una cura espontánea.

Tenga en cuenta que esta información no pretende establecer la conexión exacta, entre toxinas parasitarias, bacterias, micosis, virus y sus metabolizaciones. Información más detallada relativa a este tema puede ser encontrada en mi libro “Parasites: The Hidden Cause of Many Diseases” (Parásitos: la causa Oculta de muchas enfermedades) publicado en Alemania por Goldman-Bertesmann. Otro importante hallazgo fue consecuencia de los muy buenos resultados obtenidos aplicando una onda cuadrada positiva en lugar de una onda senoidal. Este es un tipo de terapia universal sobre la mayoría de los parásitos, bacterias, virus y hongos.

Esta corriente tiene un efecto general y temporal, que debilita todo organismo extraño, posibilitando de este modo su eliminación por el sistema inmunológico. En la naturaleza no existen las ondas cuadradas. Esta es una oscilación artificial y de acuerdo a los resultados observados, tiene un potencial destructivo contra los organismos extraños, mayor al que produce una onda senoidal. Esta experiencia marcó la posibilidad de tratar enfermedades utilizando un dispositivo sencillo; el generador de frecuencia llamado “Zapper”. El Zapper es una ayuda universal para todas las clases de enfermedades, incluyendo las crónicas. De acuerdo a miles de informes positivos trabaja extraordinariamente bien con respecto a la mejoría obtenida.

ATENCIÓN: El Zapper no debe ser utilizado por personas que lleven marcapasos o por mujeres embarazadas. El Zapper no reemplaza los tratamientos médicos o un plan de tratamiento para enfermedades graves o una condición amenazante para la vida.

La presente información ha sido extractada del texto escrito por Alan Baklayán, médico naturista alemán, traducido y adaptado al español y publicada en Internet.

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