En la siguiente entrada hablaremos acerca de la pareidolia, cuando vemos rostros donde no los hay. Tengamos presente que nuestro cerebro se encuentra acostumbrado a ver rostros en los que detectamos rasgos rasgos faciales donde no existen, como en las nubes, piedras, incluso en las manchas de la pared.
Es esto se lo conoce en psicología con el nombre de pareidolia. Consiste en percibir de manera errónea un estímulo que es aleatorio o vago y darle una forma reconocible. Debemos tener en cuenta que todas las personas no contamos con la misma habilidad para distinguir rostros de patrones que son en apariencia inconexos. Recientemente se ha realizado un estudio en el que se enfoca en saber el motivo por el que algunas personas son más propensas que otras para ver rostros ilusorios.
Para la realización del estudio los investigadores seleccionaron una serie de fotografías, algunas que recordaban de forma vaga el aspecto de un rostro, mientras que otras no. las imágenes que se les ofrecía eran muy variadas y se incluían desde ciudades, rocas, nubes hasta imágenes de muebles.
Cuando se eligieron a las personas los encargados del estudio colocaron tres anuncios distintos. En uno de ellos publicaron que estaban buscando a personas que pudieran ver lo paranormal desde un punto de vista positiva, en otro anuncio solicitaban personas que creyeran en un mundo espiritual invisible y en otro anuncio que se buscaba personas que no creyeran en los fenómenos paranormales.
Entre los candidatos que se presentaron se escogieron un grupo formado por personas que creían en actividades paranormales, ateos y religiosos. A cada una de las personas seleccionadas se les mostraba las fotos que habían sido seleccionadas y se les pidió que comentaron lo que veían en ellas. Además, se les consultó si podían distinguir rostros humanos.
Este trabajo se convirtió en algo más que interesante, ya que quienes creían en fenómenos paranormales o en un mundo espiritual distinguieron más rostros que los que eran ateos o escépticos, o sea, tenían una mayor sensibilidad frente a los patrones que eran aparentemente inconexos o tendían a formar rostros.
Este no ha sido el primer trabajo de investigaciones realizado con el fin de comprender por qué algunas personas le brindan diferentes significados a los distintos patrones visuales. En otras ocasiones ya se pudo ver que quienes creen en lo paranormal tienen la tendencia de sacar conclusiones que se basan en una evidencia inadecuada o que no llega a ser objetiva.
En términos generales podemos decir que las explicaciones a este fenómeno son variadas. Algunos consideran que las personas tenemos una tendencia a conformar patrones según las experiencias y las creencias. Esto permitiría explicar la razón por que los médicos pueden diferenciar órganos humanos más fácilmente que el resto de las personas en imágenes que para la mayoría pueden ser confusas. En la práctica el cerebro le otorga sentido a lo que vemos en base a lo que se ha vivido o en base a las expectativas que se puedan tener.
Existe otra teoría muy interesante que nos propone Carl Sagan. La misma se basa en una técnica de sobrevivencia ancestral ya que en el pasado se podían identificar los rostros amigos de los enemigos, esto era muy importante para no perder la vida. El cerebro se fue perfeccionando y en la actualidad se encontraría programado para poder identificar rostros humanos mediante muy pocos detalles. Así existiría la posibilidad de reconocer a una persona en la distancia.