Los seres humanos tenemos la libertad de vibrar en tonalidades más altas y de estar por encima de sentimientos nocturnos o invernales como la tristeza o la depresión. Cuando éstas oleadas energéticas llegan a nuestra vida; hay que apreciarlas como un proceso momentáneo y pasajero a modo de una estación en la que no vale la pena permanecer, motivo por el cual hay que hacer un clic mental con el fin de dejarlas ir y de retornar al equilibrio original.
Las orquídeas del Amazonas son, tal vez, el sumun de la evolución del reino vegetal. Han desarrollado la forma de expresión más perfecta que se muestra en la imitación de insectos, órganos y símbolos; lenguaje visual espléndido que se relaciona con la especialización energética de las orquídeas. Pertenecen a la categoría de plantas epifíticas, es decir, aquellas cuyas raíces no se insertan en la tierra para obtener alimento, sino que son utilizadas para sujetarse en las ramas superiores de los inmensos árboles amazónicos. Viven en simbiosis con un hongo que toma el material orgánico sobrante del árbol (hojas viejas, sustrato de la corteza, etc.) y lo pone a disposición de la planta. Además se alimentarán de la luz y humedad del ambiente que será captada también por las raíces expuestas al medio. Las orquídeas son, entonces, como diosas del elemento aire, tomando la energía cósmica de la radiación solar.
El botánico alemán Andreas Korte en el año 1988 desarrolló las primeras esencias de orquídeas del mundo y, posteriormente, expandiría el sistema especializado de las orquídeas del Amazonas.
Hasta el momento Korte ha elaborado un sistema de 20 esencias de orquídeas del Amazonas y puede entenderse, dadas las características descritas de estas plantas, que contienen una elevada frecuencia vibratoria, máxime cuando son fabricadas de una forma especial que se aleja de los métodos clásicos solares y de cocción. Korte consideró desde sus inicios que dichos métodos tradicionales que obligaban a cortar las flores de la planta, podían producir un dolor a la misma que se vería reflejado, de alguna forma, en la esencia elaborada. Lo lógico es pensar que cuanto más completa y sana esté la flor así serán sus cualidades terapéuticas respecto al ser humano. Así que diseñó una forma de elaboración con cristales de cuarzo que se basa en tomar la información esencial de la flor como si fuera una fotografía, filtrando su campo energético mediante la luz solar hacia una geoda de cuarzo con agua de manantial, acompañando el proceso de una conexión meditativa con la planta. De esta forma no se causan daños y se conserva toda la energía curativa de la flor con la que se está trabajando, creando un puente energético entre ser humano-naturaleza-cosmos que hace mucho más potente la esencia elaborada.
Otra característica importante respecto a la potencia energética de estas esencias se basa en su procedencia. La zona del Amazonas es la selva tropical más grande y más antigua de nuestro planeta y alberga una variedad casi infinita de formas de vida. El río Amazonas atraviesa América del Sur a lo largo de cinco mil kilómetros y siguiendo la línea del Ecuador, con una superficie acuática de siete millones de kilómetros cuadrados, rodeado lateralmente por numerosos afluentes y brazos, constituyéndose en un nexo poderoso entre los dos hemisferios planetarios. Además, de todos es bien sabida la analogía de la línea del Ecuador como columna vertebral del planeta en la que se sitúan (como se posicionan los chakras en la columna vertebral del ser humano) importantes yacimientos naturales de piedras preciosas en la tierra, espléndidos arrecifes de coral en el mar, la riqueza de especies animales, insectos y plantas en las selvas; y, sólo aquí, las orquídeas, que representan el eslabón superior de la evolución de las plantas.
Sus efectos se van a focalizar en el ámbito del cuerpo etéreo y emocional. Van a actuar primero, como punto de partida, en el cuerpo astral, para alcanzar desde ahí otros planos, relacionándose con los chakras superiores que representan el plano de la información. Vibran en el plano de amor incondicional y establecen un vínculo entre el cosmos, el individuo y la Tierra, transmitiendo energía sanadora tanto a nosotros como al planeta.
Igual que las esencias florales de Bach generan una vibración saludable en los planos corporal, mental y emocional aproximando al individuo a su esencia y a una proyección vital auténtica respecto a su verdadera identidad, las orquídeas proporcionan el tránsito del ser a una dimensión transpersonal, hacia los planos superiores de la conciencia.
No creo que sea casual que hayan empezado a utilizarse en esta época en la que la búsqueda del desarrollo espiritual se ha convertido en una prioridad para un gran número de personas, puesto que las orquídeas aceleran el proceso evolutivo.
Con las esencias de orquídeas del Amazonas se inicia un proceso de tránsito y sostenimiento en los primeros niveles de comprensión de la propia trascendencia del individuo. Así, a través de los distintos preparados podemos experimentar vibraciones relacionadas con la compasión, la actitud creadora, la generosidad, la comprensión de los fenómenos de la vida desde una perspectiva ampliada, la intuición, la paz interior, el fenómeno de la muerte, la fuerza vital de la naturaleza, el propósito de la propia vida, la canalización de la información de planos superiores y, en definitiva, la expansión espiritual en el ámbito de nuestra cotidianidad.
También es cierto que la manifestación concreta de los efectos de este grupo de esencias va a estar condicionada por el grado de desarrollo personal y consciencia de la persona que las utiliza. Es por ello que los terapeutas florales recomendamos su uso después de haber trabajado un tiempo considerable con esencias de más baja vibración que despejen los errores creativos en el campo físico, mental y emocional.
Korte advierte, además, que la acción de las esencias de orquídeas administradas de forma aislada presenta unas vibraciones muy importantes que pueden desconectar al individuo de la realidad física; es por ello que cada orquídea tiene asignada una esencia de gema para el arraigamiento.
“Como es arriba es abajo“ y abajo en el reino de la Naturaleza entre las plantas, podemos observar las mismas leyes, la misma perfecta armonía que existe arriba en el reino del Espíritu. Las flores claro está, son el punto más elevado, y sin duda el más bello del reino Vegetal, la preciosa eclosión del largo proceso que se inicia cuando por el calor y la humedad de la tierra, la semilla germina. A medida que se hunden las raíces en la oscuridad de la Tierra, se eleva la planta hacia la Luz del sol, y dicen los entendidos que entre todas las flores, las Orquídeas representan el grado más alto en la evolución del reino vegetal. Así pues, la energía de las Orquídeas se dirigirá naturalmente a los aspectos más elevados del Ser Humano.