¿Te han hecho un análisis de sangre y tienes la vitamina D baja? No te asustes, no eres el único: se estima que un 60% de los adultos y cerca de un 80% de los ancianos tiene déficit de esta vitamina. La deficiencia de vitamina D significa que usted no está recibiendo suficiente vitamina D para mantenerse saludable. La vitamina D ayuda al cuerpo a absorber el calcio. El calcio es uno de los principales componentes de los huesos. La vitamina D también juega un rol en su sistema nervioso, muscular e inmunitario.
Usted puede obtener vitamina D de tres maneras: A través de su piel, su dieta y suplementos. Su cuerpo produce vitamina D naturalmente después de exponerse a la luz del sol. Pero demasiada exposición al sol puede ocasionar envejecimiento de la piel y cáncer de piel, por lo que muchas personas buscan obtener su vitamina D de otras fuentes.
La cantidad de vitamina D que necesita cada día depende de su edad. Las cantidades recomendadas, en unidades internacionales (UI), son:
Un análisis de sangre puede medir la cantidad de vitamina D en su cuerpo.
La vitamina D tiene un papel fundamental en el buen funcionamiento del organismo ya que interviene en muchos procesos fisiológicos como, por ejemplo, en la absorción y el mantenimiento de los niveles de calcio en los huesos. Por ello, un déficit mantenido de vitamina D puede aumentar el riesgo de ostoeporosis y fracturas óseas. La carencia de vitamina D puede conducir a una pérdida de densidad ósea, lo que puede llevar a sufrir osteoporosis y fracturas. La deficiencia severa de la vitamina D también puede conducir a otras enfermedades. En niños, puede causar raquitismo. El raquitismo es una enfermedad rara que hace que los huesos se vuelvan blandos y se doblen. Los bebés y los niños afroamericanos corren mayor riesgo de contraer raquitismo. En adultos, la deficiencia severa de la vitamina D conduce a la osteomalacia, que causa huesos débiles, dolor en los huesos y debilidad muscular.
Los investigadores están estudiando la vitamina D por su posible vínculo con varias condiciones médicas, incluyendo diabetes, presión arterial alta, cáncer y enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple. Es necesario hacer más investigación antes de que se pueda entender los efectos de la vitamina D en estas condiciones.
Obtener demasiada vitamina D (conocida como toxicidad por vitamina D) puede ser perjudicial. Los signos de toxicidad incluyen náuseas, vómitos, falta de apetito, estreñimiento, debilidad y pérdida de peso. El exceso de vitamina D también puede dañar los riñones. Demasiada vitamina D también eleva el nivel de calcio en su sangre. Los altos niveles de calcio en la sangre (hipercalcemia) pueden causar confusión, desorientación y problemas del ritmo cardíaco.
Aunque es muy poco frecuente, la intoxicación por vitamina D puede ser grave: nunca tomes medicamentos con vitamina D por tu cuenta y consulta siempre con tu médico o farmacéutico.
La mayoría de los casos de toxicidad de vitamina D ocurren cuando alguien toma demasiados suplementos de vitamina D. El exceso de exposición al sol no causa intoxicación por vitamina D porque el cuerpo limita la cantidad que produce.
La vitamina D se sintetiza a través de la piel y solo una pequeña parte proviene de la dieta.
Las personas que tienen un mayor riesgo de sufrir este déficit de vitamina D son las que padecen enfermedades que provocan su mala absorción, como las personas celíacas; las que toman ciertos medicamentos como corticoides; las que tienen sobrepeso; las que sufren insuficiencia renal o las embarazadas, entre otras. Los ancianos y los niños pequeños también son población de riesgo porque la gente mayor sale menos de casa y, por tanto, tiene una exposición más reducida al sol y, en el caso de los menores, estos suelen ir más protegidos de los rayos solares.
Si te falta vitamina D, lo más probable es que no tengas ningún síntoma. Sin embargo, en algunas ocasiones la falta de este tipo de vitamina puede producir cansancio, dolor o debilidad muscular, sobre todo en la parte inferior de la espalda y en las caderas. Estos síntomas solo aparecen cuando los niveles se mantienen muy bajos durante mucho tiempo. Así que, si estás cansado o te duele la espalda, es recomendable que consultes con tu médico si este malestar puede atribuirse o no a un déficit de vitamina D.
Varios estudios demuestran que el tratamiento con vitamina D en personas ancianas disminuye el riesgo de fracturas y de caídas. Sin embargo, no hay pruebas de que corregir el déficit de vitamina D mejore o prevenga otras alteraciones de la salud, por lo que debe ser el médico quien decida qué tratamiento se debe establecer en cada caso.