09 Apr
09Apr

El equilibrio del pH de la sangre es fundamental para la vida, tanto es así que una pequeña variación puede suponer el coma o la muerte, es por eso que nuestro organismo está continuamente luchando por mantener ese equilibrio, así que debemos aprender a ponérselo fácil.

¿Qué es el pH, la acidosis y alcalinidad?

El pH es un baremo ideado para medir la alcalinidad o la acidez de una sustancia. Indica el porcentaje de hidrógeno contenido en esa sustancia, es decir mide la cantidad de iones ácidos (H+) que hay en una sustancia, por eso sus siglas pH=potencial de hidrógeno.

La escala del pH va del 0 al 14, considerándose un pH neutro el correspondiente al valor 7.

Cuando el pH baja del 7, se considera un pH ácido (con exceso de iones de hidrógeno, H+), y cuando aumenta de 7 se considera un pH alcalino.

Existen diferentes valores óptimos del pH para nuestros diferentes secreciones o sustancias, dependiendo de su función, así por ejemplo nuestra orina tendrá un pH de 8, el sudor de 5,5 el jugo gástrico de 1,5 o el flujo vaginal de 4,5 aproximadamente.

El pH óptimo de la sangre humana debería ser ligeramente alcalino con un valor entre 7.35 y 7.45, pero por desgracia se estima que el 90% de los habitantes de los países supuestamente desarrollados sufren acidosis, incluyendo a los niños.

Para hacernos una idea del frágil equilibrio de pH y su importancia vital: si el pH disminuye de 7,1 se producirá el coma y si llega al 6,9 se producirá la muerte, también moriríamos si la alcalinidad de nuestra sangre llegase al 7,8.

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¿Por qué se produce la acidosis?

La acidosis en nuestro organismo tienen una relación directa con nuestra alimentación, pero también con nuestros hábitos, con nuestra salud emocional y la contaminación a la que estamos expuestos.

Por ejemplo un aumento de CO2 (dióxido de carbono) en nuestro organismo causará acidosis, y un aumento del O2 (oxígeno) acompaña a la alcalosis, lo que significa que las personas fumadoras, con reducidos niveles de oxígeno sufrirán casi seguro de acidosis en su organismo.

Por otro lado la deficiente calidad del aire contaminado de nuestras ciudades, también contribuye a nuestra acidosis.

La descomposición celular también produce acidosis, y la acidosis a su vez produce envejecimiento celular y un aumento de los radicales libres.

Pero sin duda, la mala alimentación es el mayor causante de nuestra acidosis, y además un factor que está en nuestra mano controlar o cambiar.

¿Por qué es peligrosa la acidosis?

La acidez, altera los niveles óptimos de electrolitos en nuestro organismo, es decir, a un nivel químico, básico y elemental, actúa sobre nuestros electrolitos de Sodio, Potasio, Calcio, Hierro... y cada uno de estos tendrá una función vital, fundamental y específica en nuestro organismo.

La acidez produce desmineralización del organismo, y una muestra clara la encontramos con el problema que se produce con Calcio y la Osteoporosis: para combatir la acidez de la sangre, nuestro cuerpo intenta compensarla con elementos alcalinos, como el calcio (fundamental para la formación y consistencia de nuestros huesos) por lo que resta calcio de los huesos con el fin de equilibrar el pH, lo que a la larga producirá osteoporosis (enfermedad ósea producida por falta de calcio) o cálculos renales (el exceso de minerales se eliminará por la orina).

También como hemos explicado, reduce los niveles de oxígeno en nuestro organismo, y este como sabemos es básico para que se produzcan las reacciones metabólicas necesarias para la vida, como por ejemplo la respiración celular.

En 1932, el médico alemán Dr. Otto Heinrich Warburg, ganador de premio nobel dijo que para que haya cáncer, envejecimiento y enfermedades crónicas, debía existir dos condiciones: ACIDOSIS Y FALTA DE OXIGENO, ya que en particular las células cancerígenas han “aprendido” a vivir sin oxígeno.

Sustancias que producen acidosis:

  • Azúcar refinado
  • Sal refinada
  • Bollería industrial
  • Bebidas con alcohol
  • Bebidas carbonatadas (refrescos con gas)
  • Alimentos precocinados y congelados
  • Los aditivos (conservantes, espesantes, colorantes, antioxidantes, antiapelmazantes, saborizantes...)
  • Medicamentos
  • Café
  • Chucherías (gominolas, caramelos, chocolatinas...)
  • Exceso de carne y huevos (las proteínas suelen dejar un exceso de fosfatos o sulfatos que acidifican)
  • Exceso de cereales en nuestra dieta, sobre todo la avena
  • Sobrealimentación (comer en exceso)
  • Diarreas o vómitos continuos o enfermedades pancreáticas o biliares, (perderemos bicarbonato, lo que disminuye también el pH, aumentando la acidez)
  • Los metales pesados tóxicos residuales en los alimentos, el agua, vacunas, aire, etc... por ejemplo el mercurio, el aluminio, el plomo, arsénico, etc.

Acidosis y las principales enfermedades

La acidosis de nuestro organismo tiene relación directa con las siguientes enfermedades o dolencias:

  • hongos, por ejemplo cándidas vaginales
  • anemia
  • problemas renales (infecciones, irritación, cálculos)
  • sobrepeso (enfermedades metabólicas)
  • cansancio, déficit de energía
  • jaqueca, migraña
  • envejecimiento prematuro
  • tendencia depresiva
  • problemas respiratorios (por ejemplo asma infantil)
  • cáncer
  • vómitos, diarreas
  • mareos, vértigos
  • artritis, artrosis, osteoporosis, producidos por la desmineralización del organismo
  • debilidad y caída del cabello
  • facilidad para enfermar de gripe, sinusitis, etc... ya que la mucosa del tubo respiratorio se debilita
  • dermatitis y otros problemas de la piel (el sudor se vuelve ácido irritando y debilitando la piel)
  • osteoporosis (el organismo utilizará el calcio de los huesos, (el calcio es alcalino) para intentar compensar la acidez de la sangre)

Recomendaciones para equilibrar el pH y combatir la acidosis

La acidosis como hemos visto se compensa con sustancias alcalinas y oxígeno, por eso una buena alimentación rica en sustancias minerales (oligoelementos), vitaminas y nutrientes será muy importante.

  • Debemos consumir los alimentos crudos, o muy poco cocinados, ya que al cocinar los alimentos estos pierden la mayor parte de su valor nutricional, como las vitaminas.
  • Evitando el estrés y las situaciones emocionalmente tensas, ayudaremos a combatir la acidosis.
  • La actividad física proporcionará unos niveles de oxígeno muy beneficiosos para nuestro organismo, y con ello propiciaremos un pH más alcalino.
  • Las algas, ricas en clorofila, como la espirulina o la chlorella, son sustancias ideales para aumentar la alcalinidad de nuestra sangre.

Alimentos alcalinos:

  • en general todas las frutas y verduras crudas
  • las frutas ácidas (pomelos, limones, naranjas, kiwis, piña...), ya que aunque son ácidos en si mismo, se oxidan y tienen una acción alcalinizante en nuestro organismo.
  • miel
  • melaza o azúcar de caña
  • legumbres, en especial la soja
  • son especialmente alcalinizantes: zanahoria, ajo, cebolla, patata, nabo, puerro, calabaza, espinaca, acelga, col, apio, pimiento, lechuga, uva, higo, manzana, plátano, ciruela, dátil, pepino.
  • los lácteos, hasta cierto punto pueden ayudar a combatir la acidez, ya que son ricos en calcio que es alcalinizante, pero también contiene proteínas que son acidificantes y además recordemos que un exceso de alcalinidad en la sangre se intentará compensar con acidez. Por eso existen diferentes puntos de vista a cerca de la acidez o alcalinidad de los lácteos, en cualquier caso, no se deberían consumir en exceso.

Prueba para conocer nuestro pH sanguíneo

Para conocer el pH sanguíneo podemos solicitar una prueba analítica compleja, o lo más sencillo: podemos analizar el pH de nuestra orina.

Debemos tener en cuenta que el pH de nuestra orina es siempre diferente al pH de nuestra sangre. El pH de nuestra orina se ha de mantener entre el rango 6-7, pero un valor por debajo de 5,5 en el pH de nuestra orina es reflejo de una acidosis sanguínea.

Para realizar la prueba podemos comprar tiras reactivas de pH en la farmacia y deberemos realizar 3 pruebas al día durante al menos 3 días y analizar la media de todos los resultados, ya que el rango de nuestro pH puede verse afectado por la actividad física, estrés o alimentación de un momento concreto.

La naturopatía considera este desequilibrio como un síntoma más de un desequilibrio global, por lo que para conseguir el equilibrio será necesario analizar y corregir cada caso desde atendiendo al plano emocional, físico, nutricional y energético personal de cada persona.

Elena Cibrián, naturópata
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