30 May
30May

¿Por qué gritamos cuando nos enfadamos si la otra persona está a nuestro lado?

Cuenta la historia que un hermoso día, un maestro pregunto a sus discípulos lo siguiente:

-¿Quién de ustedes sabría decirme cuál es el motivo por la que la gente grita cuando está enfadada?

Los discípulos se quedaron pensativos, intentado dar su mejor respuesta al maestro.

– Yo creo, que porque perdemos la calma –contestó uno de los discípulos.

El maestro no se quedó del todo satisfecho con la respuesta y dijo:

Lo que no entiendo es por qué se gritan, cuando la otra persona se encuentra a su lado, ¿ustedes lo entienden?

¿Será que no es posible hablarle en un tono más bajo?

Los discípulos se esforzaron en reflexionar y dar sus respuestas, pero ninguna le agradó del todo al maestro, no conseguían dar con la pieza clave.

Al ver que los alumnos se estaban quedando sin respuestas, el maestro les dijo:

-Queridos, les voy a explicar cuál es el verdadero motivo de los gritos…

Cuando dos personas se enfadan, sus corazones se alejan mucho el uno del otro.

Entonces, para poder cubrir esa distancia generada y poder escucharse, han de gritar.

Mientras más enfadados se encuentren, más alejados se encontrarán y más habrán de gritar.

Explicado esto, el maestro hizo una pausa y volvió a lanzar una pregunta a sus discípulos:

-Si eso ocurre con las personas que se enfadan, ¿Saben que sucede con las personas enamoradas?

Si nos damos cuenta, ellos no se gritan, ellos se hablan de forma dulce y suave. Esto es debido a que sus corazones se encuentran muy cerca.

Y ¿qué pasa cuando se enamoran aún más?, pues que el tono de voz baja tanto que se convierte en un susurro, la distancia entre ellos es mínima y su amor es muy cercano, y además, crece, y crece tanto que ya no hace falta que se susurren, sino con sólo mirarse ya se están diciendo todo.

Esta es la situación de cercanía entre dos personas que se aman.

Y ahora termino dándoles el siguiente consejo: cuando discutan, no permitan que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancie más, puesto que llegará el día en que esa distancia es tan grande, que no encontrarán el camino de regreso.

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