Cuando éramos chicos, con nuestros primos pasábamos las vacaciones en Mar del Plata, en la casa de mis abuelos en Parque Luro, siempre recuerdo con cariño las travesuras que hacíamos en aquel lugar.
Mi abuela, una gallega llena de nostalgias de su España, hermosa y dulce, que nos regalaba, además de su amor, toda la alegría de tenernos durante el verano y el tecito de cedrón de su planta del fondo, siempre tenía a mano alguna receta casera para lo que nos hiciera falta.
Una de ellas era usar el Lino cuando lo necesitábamos: por estar secos de vientre o en la cataplasma para la tos, que por tomar frío o bañarnos hasta muy tarde en el mar, no nos dejaba dormir. Pero dejo las nostalgias para contarles de las semillas de Lino.
Hasta hoy el Lino ha sido conocido por sus fibras que resultan ideales para la ropa veraniega. Pero poco se conoce de sus virtudes para prevenir enfermedades. Con lo que hoy se sabe de este vegetal, no cabe duda que se convertirá en el superalimento del próximo milenio. En sus diminutas semillas encontramos importantes compuestos enemigos de los ataques cardíacos, los dolores menstruales, el cáncer de mama y de colon y la depresión.
Es asombrosa la cantidad de fibra que contiene el Lino, solo un cuarto de taza de semillas equivalen a 6g. de fibra, la misma cantidad que una taza y media de avena cocida. Las investigaciones han demostrado que el agregado de estas semillas a la dieta disminuye el peligro del colesterol LDL, en tanto que el HDL se mantiene probablemente debido a la cantidad de fibra contenida. También mejora la regularidad intestinal. Como ya he dicho en otra oportunidad, la mayoría de la gente consume menos fibra de la que su cuerpo necesita.
El lignan es el compuesto que poseen algunas plantas y que son los importantes para nuestro cuerpo. El Lino no es la única planta que lo posee, pero su nivel es de 75 veces más que otras.
El descubrimiento del alto contenido en Lignan fue por casualidad. En 1978 en un hospital se encontró una paciente que tenía altos niveles de Lignan y ella contó que siempre horneaba su pan al que agregaba semillas de Lino. También hicieron pruebas que consumiendo 25g. de lino por día se logra reducir el crecimiento del tumor entre el diagnóstico y la operación. Pero, los investigadores hacen la advertencia que el solo hecho de agregar lino a la dieta, no sustituye ningún tratamiento médico.
El Acido Alfa- Linoleico-Omega 3 (versión vegetal): Las dietas modernas suelen ser deficientes en Omega 3, que ayuda a proteger de los ataques cardíacos, la artritis reumatoide, los molestos calambres menstruales, e incluso la depresión. Las semillas de lino pueden convertirse en la versión vegetal de Omega 3, llamada Acido Alfa- Linoleico. El aceite de las semillas lo contienen en casi un 50%. Por supuesto la versión animal de estas grasas Omega 3 encontrada en el aceite de pescado es más fuerte, pero para las personas que no consumen animales es una buena opción. El aceite de Lino no debe ser sometido al calor pues se oxida y no se puede consumir, por eso es ideal el uso de las semillas en las preparaciones que se cocinan. Además si se desea obtener todo el arsenal del lino: las grasas omega 3, más los Lignans y la fibra.
Las principales cualidades de las semillas de Lino son las de actuar como emoliente o desinflamante de las vías urinarias, digestivas, intestinales y respiratorias. Para ello se puede tomar como agua durante el día; actuará como refrescante, calmante y reconfortante, al eliminar las inflamaciones internas. Tiene también a actividad laxante y equilibrante de las funciones intestinales cuando se toman las semillas (1 cucharada) en una taza de agua hirviendo en infusión durante diez minutos, colar, beber.
En uso externo, se emplea en forma de cataplasma en pecho y espalda, para calmar resfríos, bronquitis y catarros. Verter 250g de agua hirviendo sobre 60g. de harina de Lino y manipular hasta obtener una pasta blanda que se aplica, envuelta bien caliente en unos paños de tela delgada. Otra forma es poner semillas en un lienzo y dejarlo en agua hirviendo 10 minutos, aplicándolo después en la zona afectada. En estos casos también es apreciado para aliviar los dolores, colocando el saquito sobre las mejillas cuando duele una muela, para los dolores de reuma, ciática, cólicos, vejiga y trastornos renales. Quizá sea el calor húmedo el que proporciona alivio. Aunque no tiene efectos secundarios, el uso del lino, siempre es fundamental la consulta al médico para su correcta utilización. Era el remedio que mi abuela nos aplicaba de niños para madurar forúnculos, granos, abscesos. Es desinflamante en las afecciones bucofaríngeas, en forma de buches o gargarismos. Y calmante de hemorroides.
Bueno, ya les conté un poco de los remedios de la abuela, esas cataplasmas que se usaban para todo, que rescaté de su arcón.
Mirta Nora Bogado