Las personas en países donde se consume mucho aceite de coco, como en las islas del Pacífico, la India y las Filipinas, tienen menores casos de enfermedades cardíacas y obesidad.
El aceite de coco es muy diferente a las otras grasas, mientras que la mayoría de los alimentos contienen ácidos grasos de cadena larga, el aceite de coco está formado por ácidos de cadena media, los cuales se metabolizan de manera diferente, ya que son enviados desde el tracto digestivo directamente al hígado, donde se utilizan para la obtención de energía inmediata o se convierten en cuerpos cetónicos.
Se recomienda el uso frecuente de estas grasas para pacientes epilépticos, con la finalidad de aumentar los niveles de cetonas, que incrementan un poco los carbohidratos de la dieta. (1)
Los ácidos grasos de cadena media del aceite de coco no requieren del páncreas ni de la vesícula biliar para su digestión. Se transforman en energía en vez de tener que almacenarse primero como ocurre con todas las grasas.
El aceite de coco tiene la propiedad de adelgazar a los que engordan por culpa del azúcar y a los que sienten ansiedad por dulces. Dos cucharadas permiten comer 120 calorías sin engordar.
DOSIS: añadir una cucharada en el desayuno y otra en la cena hace que comas 256 calorías menos.
La ansiedad ocurre cuando al cerebro no le entra fácilmente el azúcar de los alimentos. El aceite de coco entra a las neuronas por una puerta diferente y así disminuye el apetito.
El aceite de coco no engorda porque el cuerpo no lo puede almacenar como al resto de los alimentos con grasa. En cambio, el aceite de coco se transforma en cuerpos cetónicos imitando los efectos de una estricta dieta sin carbohidratos.
ATENCIÓN: 1 cucharada de aceite de coco produce suficientes cuerpos cetónicos para quitar el hambre por 6 horas.
El aceite de coco es uno de los 5 alimentos que actúan como metformina para adelgazar. Facilita que el azúcar de los alimentos entre al músculo al mejorar la resistencia a la insulina. Bajar de peso sin usar aceite de coco es mucho más difícil.
El aceite de coco es el mejor para cocinar. El aceite de oliva y la mantequilla (manteca) no son malos pero los aceites vegetales (aceites de soya, maíz, girasol, ajonjolí) se oxidan y llevan a engordar.
A menos de 25 grados el aceite de coco se hace sólido y se puede usar como mantequilla, aderezo para ensaladas o crema para el café (simplemente agrégale una cucharada a tu café). También se absorbe por la piel así que puedes utilizarlo como crema hidratante con excelentes resultados en la piel.
El coco es diferente al resto de los alimentos con grasa. Sus ácidos grasos de cadena media no requieren del páncreas ni de la vesícula biliar para su digestión. Se transforman en energía en vez de tener que almacenarse primero como ocurre con todas las grasas.
No todas las rutas metabólicas funcionan igual, lo que implica que los requerimientos energéticos de los alimentos varían para que puedan ser procesados por el organismo.
El aceite de coco no es fácil de digerir, lo que requiere un mayor consumo de energía para su digestión, dándole su característica de termogénesis, es decir, acelera el metabolismo y elevan la temperatura corporal, facilitando la quema de grasas.
Solo el aceite de coco virgen es el que tiene estas propiedades. En cualquier tienda de alimentos sanos se puede encontrar y es bastante barato (aunque aprovechan sus beneficios para venderlo caro). Comer coco también tiene los beneficios, al igual que la leche de coco y la mantequilla de coco.
Los nuevos estudios son impresionantes. Por eso, estoy buscando voluntarios para grabar un vídeo de los siguientes beneficios del aceite de coco.
En un estudio doble ciego aleatorizado en 40 mujeres obesas, donde a veinte pacientes se les dieron 30ml de aceite de soja y a otras veinte aceite de coco por 12 semanas, se encontró que quienes tomaron aceite de coco redujeron su obesidad abdominal, sin elevar los triglicéridos y el colesterol. (2)